Sevilla (Martes, 05-04-2016, Gaudium Press) La Adoración Perpetua celebró su décimo aniversario en la Capilla de San Onofre en Sevilla, España, lugar donde además se celebró la primera Eucaristía de 2016 en la Arquidiócesis, iniciada justo al dar las 12 de la noche del 01 de enero. Según informó la revista Alfa y Omega, esta iniciativa de oración suma más de 87.600 horas de Adoración Eucarística hasta el momento.
La Adoración Perpetua en la Capilla de San Onofre, Sevilla, suma más de 87.600 horas. Foto: Arquidiócesis de Sevilla. |
La Adoración Perpetua en San Onofre fue destacada por el Arzobispo como «el corazón de nuestra Archidiócesis» en una Carta Pastoral. «Son centenares las personas que en estos años se han comprometido a acompañar al Señor una o dos horas a la semana, de día o de noche. Personalmente soy testigo de los centenares de sevillanos que al ir o volver de sus quehaceres entran unos minutos en San Onofre para saludar al Señor».
La iniciativa de oración partió de una familia de fieles que con el apoyo del Cardenal Amigo Vallejo y el acompañamiento del padre Justo Lofeudo, misionero de la Eucaristía e iniciador de los centros de adoración de Madrid y Cancelada, decidieron promover activamente la Adoración Eucarística en un templo dedicado para este fin. La Capilla de San Onofre fue elegida entre otras dos opciones por su fácil acceso, su clima de oración y recogimiento y su ubicación significativa junto al Ayuntamiento de la capital.
El Arzobispo ha expresado su apoyo a este apostolado, invitando él mismo a los fieles que tengan tiempo disponible a dedicar al menos una hora semanal a esta vital actividad. «La adoración eucarística debe ser el punto de referencia de todas las actividades diocesanas, el motor que nos ayude a cumplir nuestros planes pastorales y el apoyo más firme de la Nueva Evangelización», explicó. «La adoración eucarística es el ambiente propicio para que nuestros jóvenes escuchen la llamada de Dios a seguirle en el sacerdocio o en la vida religiosa. Es también el manantial en el que siguen surgiendo jóvenes cristianos, limpios, alegres y generosos, capaces de vivir una vida nueva y de construir la nueva civilización del amor».
Estas bondades son experimentadas cotidianamente por los sacerdotes que celebran la Eucaristía en la Capilla o administran el Sacramento de la Penitencia en este lugar (entre quienes se encuentra el propio Arzobispo). El custodio de la Adoración Perpetua en Sevilla, P. José Gutiérrez Mora, recordó el testimonio de uno de los adoradores en diálogo con Alfa y Omega: «En una ocasión me dirigí a uno de esos jóvenes y le pregunté qué le había atraído hasta la capilla», relató. «Me dijo que venía a San Onofre buscándose a sí mismo, el sentido de su vida, pero que aquí había encontrado algo más importante. Había encontrado al Señor».
Con información de Alfa y Omega y Archidiócesis de Sevilla.
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