Buenos Aires (Jueves, 14-04-2016, Gaudium Press) Monseñor Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en su reflexión del tercer domingo de Pascua, al comentar el episodio de la aparición de Jesús en el lago Tiberíades aseguró que «después de crucificado, muerto y resucitado, el Señor se aparece a los apóstoles y a la comunidad de ese entonces, mostrando de un modo único y original que Dios está presente; que está vivo y no está muerto; que Él es el primero y el último, el principio y el fin; que es el Señor de la vida y de la historia».
El encuentro con el Señor resucitado debe suscitar una transformación entre el que es encontrado y el que lo encuentra. «Hay un llamado y una misión que cumplir; hay un anuncio que se debe llevar», afirmó.
Asimismo, destacó que ser encontrados por Cristo, en algún momento de nuestra vida, debe marcar toda nuestra vida en el pasado, en el presente y en el futuro. «Cristo no nos deja igual. Sería una superficialidad, y una negación, no reconocer que el Señor nos encontró, nos tocó, nos cambió y nos envió», sostuvo.
Finalmente, el obispo pidió a cada uno que recuerde dónde apareció el Señor en su vida y lo llamó a que «no se quede igual; que busque, encuentre y cumpla con su misión».
«¡Feliz Pascua! ¡Feliz encuentro con el resucitado! ¡Feliz entusiasmo en su apostolado! No sólo en la vida interior sino también en el ámbito de las instituciones: familiares, sociales, políticas, cívicas y eclesiales. Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén», concluyó.
Con información de Aica
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