Padang (Lunes, 18-04-2016, Gaudium Press) Los lugares apartados de Sumatra ya no son un lugar seguro en cuanto la influencia de las drogas se refiere. A pesar de las dificultades geográficas, los males del consumo de alucinógenos se extienden y la Iglesia Católica actúa para alejar a las personas de sus graves efectos. Desde el acompañamiento pastoral de los criminales relacionados con el tráfico de drogas hasta la rehabilitación de los consumidores, la Iglesia desarrolla un importante compromiso evidenciado en una reunión sobre el tema llevada a cabo en la ciudad de Padang del 04 al 07 de abril.
Mons. Anicetus Bongsu Antonius, Arzobispo de Medan. Foto: UCAN. |
Las Arquidiócesis de Medan y Palembang y las Diócesis de Padang, Pangkalpinang, Sibolga y Tanjungkarang actúan en conjunto para frenar este grave mal. En Medan, la jerarquía eclesiástica trabajó junto a la Congregación de Hermanas de San José en construir un centro de rehabilitación para mujeres. «Hemos trabajado juntos desde entonces con la Congregación en proveer el servicio», indicó Mons. Anicetus Bongsu Antonius, Arzobispo de Medan, según divulgó UCANews. Esta jurisdicción eclesiástica creó y mantiene un centro de rehabilitación para varones.
Por su parte, religiosas como la Hna. Sriyani, miembro de las Hermanas de la Misericordia y el Sagrado Corazón de Jesús, llevan a cabo un exigente trabajo pastoral con los reclusos que pagan condena por su relación con las drogas. Uno de ellos, Ahok, de 27 años, recibe consejo y orientación para dejar este camino. «Su madre, a quien conocí cuando visitaba la cárcel el año pasado, me pidió que le diera asesoría espiritual», relató la religiosa. «Me acerco a él personalmente. Trato de abrir su corazón y escuchar lo que su corazón dice. Un día Ahok me preguntó: ‘Bunda (Madre), ¿qué debo hacer para liberarme de las drogas?’ Yo le dije que se arrepintiera y luchara contra ellas. Frecuentemente lo llevo la capilla de la prisión. Le pedí que diga ‘Jesús’ una y otra vez».
El P. Florianus Sarno de la Parroquia de la Sagrada Familia de la Diócesis de Padang encontró un grave problema de drogas entre los jóvenes al llegar al lugar. «Esto es muy preocupante. Significa que las drogas han llegado a las áreas remotas», explicó. Por este motivo hizo un acuerdo con la policía local y otra autoridades para desarrollar actividades de prevención entre la población católica. Otro modelo de cooperación oficial permitió a la Arquidiócesis de Medan financiar la construcción de un centro de rehabilitación en Lubuk Pakam. «El gobierno local prepara la infraestructura mientras la Arquidiócesis prepara a los terapeutas. Debemos mantener esa confianza», indicó Mons. Anicetus Bongsu Antonius, Arzobispo de Medan.
Con información de UCANews.
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