Washington (Miércoles, 27-04-2016, Gaudium Press) Harry Wu, un disidente chino arrestado durante 19 años por ser católico, falleció a la edad de 79 años durante un viaje a Honduras, tras haber sido una de las más importantes figuras de la denuncia de los atropellos del régimen comunista ante la comunidad internacional. Su testimonio de las duras condiciones de los llamados «campos de reeducación» fue clave en lograr el cierre, al menos oficial, de dichos lugares de reclusión.
Harry Wu, quien permaneció 19 años en prisión por su condición de católico. Foto: Nina Lincoff/Medill News Service |
Perteneciente a una de las familias adineradas de Shanghai, China, Wu fue hostigado tras la llegada del régimen maoísta al poder en 1949. Finalmente fue enviado a prisión bajo las acusaciones de ser «contrarrevolucionario» y de «pertenecer a un grupo de estudiantes católicos disidentes», según informó AsiaNews. Desde 1960 hasta 1979 estuvo recluido bajo estos cargos y tras su liberación consiguió abandonar el país para radicarse en Estados unidos en 1985.
Desde ese país comenzó una lucha continua para denunciar el sistema de reeducación comunista impuesta durante meses a discreción policial o significar una condena de décadas a través de una sentencia judicial. Hasta 2013 existían al menos 1.045 campos de trabajo industrial o agrícola que significaban todo un sistema de producción basado en la mano de obra no remunerada de los presos.
La historia de su reclusión fue recogida en el libro «Vientos amargos», presentado en su edición italiana por el disidente en el Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras en Milán, Italia. En 2013, el gobierno chino anunció el cierre del sistema de «laogai» en el país, si bien este anuncio no fue seguido por acciones inmediatas. En los años sucesivos, los campos de trabajo han sido paulatinamente abandonados.
Con información de AsiaNews.
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