Washington (Lunes, 02-05-2014, Gaudium Press) El escritor católico estadounidense George Weigel destacó en un artículo especial para el National Catholic Register la profunda huella dejada por el Nuncio Apostólico Carlo María Viganó, cuya renuncia por edad fue aceptada y quien será reemplazado en su ministerio por el Arzobispo Christoph Pierre. El autor hizo un resumen de las principales características del Arzobispo y lo calificó como «el mejor Nuncio que hemos tenido».
Mons. Carlo María Viganó. Foto: George Martell/The Pilot Media Group |
«He tenido el placer de conocer y trabajar con cada uno de los nuncios en Washington, desde que fueron establecidas las relaciones diplomáticas completas entre este país y la Santa Sede bajo el Presidente Reagan y el Papa Juan Pablo II», indicó Weigel. «A riesgo de avergonzarlo, tengo que decir que yo considero que el Arzobispo Viganó ha sido el mejor de todos ellos hasta ahora».
El escritor relató el ambiente de la llegada del entonces nuevo Nuncio al país, al parecer ocasionada por la relación de Mons. Viganó con las actividades de reforma de la Santa Sede en materia económica, las cuales habrían generado su «exilio» a Washington. De haber sido este el caso, Weigel calificó el nombramiento como «un negocio de un solo lado», porque de este modo la Santa Sede perdió la presencia del Arzobispo y Estados Unidos ganó. El prelado «entendió este momento de la historia católica de Estados Unidos como posiblemente pocos otros diplomáticos de carrera vaticanos podrían haberlo hecho».
Mons. Viganó «apreció las muchas fortalezas de la Iglesia en Estados Unidos, incluyendo la reconstrucción centrada en el Evangelio de la jerarquía por parte del Juan Pablo II y Benedicto XVI». Según Wiegel, el prelado identificó el origen de la vitalidad de la Iglesia local y supo que el «catolicismo light» no realizaría la tarea de la Nueva Evangelización. «Rápidamente comprendio que el gran proyecto de convertir una cultura herida en América estaba siendo amenazada por un asalto sin precedentes sobre la capacidad de la Iglesia de ser ella misma», describió. El Nuncio identificó que la nueva amenaza no eran sectores de intolerancia de tipo protestante, sino de «secularistas militantes aliados con el gobierno federal».
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y el Nuncio Apostólico trabajaron en total acuerdo sobre la importancia de la defensa de la libertad religiosa, lo que incluyó una correcta información a Roma sobre la naturaleza de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, crucial para los encuentros del Papa con el mandatario. Las labores del Nuncio se demostraron en la exitosa visita del Papa Francisco a Estados Unidos, por lo cual las interpretaciones sesgadas sobre su salida del cargo demuestran más bien las intenciones de los analistas. El saliente Nuncio «podrá tener 75 años, pero un hombre de su fe e integridad todavía tiene mucho que dar a la Iglesia. La sucesiva reforma de la Curia Romana podría ser bien servida si él fuera llevado a involucrarse, oficial o no oficialmente», concluyó.
Con información de National Catholic Register.
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