Santiago (Jueves, 03-09-2009, Gaudium Press) La mañana del martes 1 de septiembre el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Chilena realizó una declaración pública, con motivo de las elecciones presidenciales y parlamentarias a realizarse a fin de año. La declaración titulada «Amistad cívica en tiempo electoral», fue hecha pública por el Obispo de Rancagua y Presidente de la CECh, monseñor Alejandro Goic, en las dependencias de la entidad.
Al inicio, los Pastores destacaron que la Iglesia Católica no se identifica con ningún partido ni candidato y pese a que algunos en carrera se declaran católicos, ello no debe ser impedimento para que cada elector realice un profundo discernimiento sobre los programas y proyectos que mejor reflejen los valores que el pueblo y legislación necesita. «A los Obispos nos cabe colaborar en el discernimiento de los fieles, en el marco de su libertad de conciencia y de sus derechos y deberes ciudadanos, aportando la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia.»
Asimismo llamaron a los actores políticos a «regalarle al país» una campaña serena, en donde se vea reflejada una verdadera «amistad cívica» que ayude a fomentar la confianza política en la ciudadanía y sea un reflejo de la verdadera vocación por el servicio público. También los invitaron a dejar de lado las descalificaciones, las ofensas personales y la demagogia debido a que lesionan el proceso y a las personas. «No hay peor derrota electoral que la ofensa a la dignidad de las personas».
«Enaltece a un candidato una campaña que respete a los adversarios, en quienes reconoce a compatriotas y a hermanos. Cuando se difama o deshonra a un adversario político, se descalifica quien ofende y se denigra a la política; en cambio, el respeto mutuo enaltece la función pública en su más alto grado: el del servicio a la comunidad con altura de miras.»
Atención generosa a los ciudadanos y sus inquietudes
Los obispos manifestaron que la sana competencia, el diálogo honesto y propuestas realistas y responsables son los elementos que el proceso electoral del país necesita, pues sólo éstas actitudes expresan la verdadera atención generosa a los ciudadanos y a sus inquietudes.
También hicieron un llamado a los candidatos y a sus equipos para que procuren la realización de campañas «austeras y sencillas», debido a que en tiempos de dificultades económicas sería una ofensa a la dignidad de las personas un gasto excesivo en publicidad.
«Los chilenos anhelamos una campaña limpia y honesta, sin agresividad ni descalificaciones; una campaña respetuosa, con debates de altura que estén siempre orientados hacia la realidad de la gente, sobre todo a los pobres, sus problemas, necesidades y esperanzas. Si el país encuentra unidos a sus políticos -servidores públicos- en este empeño, será un contundente signo que ayudará a superar las tentaciones del pesimismo y del creciente desencanto frente a la política.»
Al recordar el término del plazo legal para inscribirse en los registros electorales, los pastores de la Iglesia llamaron a quienes aún no lo han hecho a cumplir su responsabilidad ciudadana y así participar de la construcción del futuro de la patria.
Finalmente recordaron al país la proximidad del Bicentenario de la Independencia, señalando que es una instancia oportuna para que el país se reencuentre con lo mejor de sus tradiciones republicanas y los grandes valores que han marcado la historia nacional. Confiados en Dios los obispos desean que éste proceso electoral culmine con un fecundo diálogo de ideas y sea el inicio de un nuevo tiempo de acuerdos para Chile.
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