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Buenos Aires (Martes, 24-05-2016, Gaudium Press) A través de un decreto formal, el Obispo de San Nicolás de los Arroyos, Argentina, Mons. Héctor Sabatino Cardelli, realizó el juicio definitivo sobre la presencia de la Virgen María de Rosario de San Nicolás en las apariciones a una madre de dos hijas que identifica la imagen de las visiones en una estatua guardada en la Catedral y recibe un mensaje en el que se solicita edificar un Santuario en su honor. Después de la investigación del prelado y tras más de 30 años de los sucesos, el Obispo declaró que el caso «exhibe carácter sobrenatural y es digno de creencia».
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| Última página del decreto del juicio definitivo sobre la presencia de la Virgen María de Rosario de San Nicolás. Foto: Obispado de San Nicolás de los Arroyos. |
«A doce años de pastoreo en San Nicolás y habiendo seguido con fe y responsabilidad el acontecimiento mariano, que conozco desde sus inicios, he crecido en la decisión de reconocerlo para mi diócesis», explicó el Obispo. El prelado consultó a peritos y testigos y sometió el contenido teológico de las manifestaciones a un examen. «Juzgué el hecho según dos criterios: Positivos y negativos y en ambos casos no hubo ni hay errores».
Mons. Cardelli también responde en su decreto a la posibilidad de un origen natural de los hechos o una acción del maligno, y llega a la conclusión que tanto los sucesos reportados como los frutos espirituales obtenidos de los sismos «me dejaron la certeza de que es real y positivo el fruto que supera la mera acción humana». El prelado reunió el mensaje de los acontecimientos en un texto titulado «La Escuela Espiritual de Santa Maria del Rosario de San Nicolás» y publicó el decreto en el Jubileo del séptimo año de la coronación de la venerada imagen.
El siguiente es el texto resolutivo del decreto que determina la autenticidad de las apariciones de la Virgen del Rosario de San Nicolás de los Arroyos:
«En virtud de todo lo afirmado, y como Obispo diocesano facultado para este tipo de pronunciamiento; motivado por un sentido de conciencia justa, decreto con certidumbre moral, buena intención y esperanza; cumpliendo los requisitos del discernimiento sugeridos por la Santa Sede; buscando la mayor gloria de Dios y el bien de nuestra Iglesia; invocando el nombre de Dios altísimo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, el nombre de María del Rosario de San Nicolás, el de su esposo San José, reconozco el carácter sobrenatural de los felices acontecimientos con los que Dios a través de su hija predilecta, Jesús por medio de su Santísima Madre, el Espíritu Santo por medio de su dilecta esposa, ha querido manifestarse amorosamente en nuestra Diócesis.
Finalmente y como la Santa Madre lo ha pedido, imploro al Cielo en nombre de toda la Diócesis, que sea Ella, por siempre la Reina y Señora de San Nicolás de los Arroyos».
Con información de Obispado de San Nicolás de los Arroyos.
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