París – Francia (Jueves, 02-06-2016, Gaudium Press) Veinte años después el descubrimiento de sus cuerpos en medio de la nieve, el 30 de abril de 1996, en las proximidades de Medea, el Obispo Auxiliar de París, Mons. Éric de Moulins-Beaufort, homenajeó a los trapenses del Monasterio de Nuestra Señora de Atlas, en Argelia:
La voz de los monjes de Tibhirine no se calló en la primavera de 1996. Aún hoy se levanta para dirigir «un apelo a toda la humanidad»: la de «apostar en la convivencia fraterna, donde hombres y mujeres pueden amarse».
Una plaza en París
Las palabras del prelado fueron pronunciadas durante la inauguración en París de un jardín público, que lleva el nombre de los monjes asesinados.
A los pies de la Iglesia Saint-Ambroise estaban presentes autoridades civiles y religiosas.
Los monjes -dijo el obispo- quisieron «apostar que una presencia encarnada de cristianos franceses -lo que es significativo- era posible en Argelia, país de mayoría musulmana y que se había tornado dueño del propio destino», después de la independencia de Francia.
«Nuestros hermanos quisieron vivir la aventura monástica cristiana en un país musulmán -observó Mons. Moulins-Beaufort- no para ser allí trazo de una civilización destruida o la vanguardia de una cortejada conquista, sino la promesa de un encuentro entre los hombres».
Fue precisamente porque los hermanos Bruno, Célestin, Christian, Christophe, Luc, Michel y Paul quisieron «vivir todo esto en la humilde dependencia de Jesús, examinando siempre su comportamiento y su elección a la luz de Jesús, que un día fueron secuestrados y llevados a la muerte». Lo que ocurrió en 1996, no es un fracaso, sino una promesa».
Causa de beatificación
Una pequeña multitud tomó parte en la inauguración, en diferentes momentos. Poco antes de la colocación de la placa conmemorativa en el jardín, era celebrada la misa en la Iglesia Saint-Ambroise.
Entre los participantes estaba el Arzobispo Georges Gilson, prelado Emérito de la ‘Mission de France’ -particularmente próximo a la familia de Christian de Chergé, el Prior de la comunidad de Tibhirine- un grupo de monjes cistercienses, así como el postulador de la causa de beatificación actualmente en proceso, el Padre trapista Thomas Georgeon.
Siete velas en recuerdo de los mártires fueron encendidas
Al final de la celebración, el hermano de Christian de Chergé leyó, turnándose con el párroco de Saint-Ambroise, el célebre «testamento espiritual» escrito por el Prior. Después de la celebración fue inaugurada una muestra sobre los Monjes de Tibhirine.
El lugar del homenaje es simbólico
La elección del lugar tiene fuerte simbología, visto que la parroquia está situada en un barrio de fuerte presencia musulmana.
Fue en el 11º ‘arrondissement’ de París, que se transformó en palco de los atentados de noviembre pasado. Poco más de cien metros separan a la Iglesia Saint-Ambroise de la Sala de conciertos donde se dieron actos terroristas.
«En este momento de inseguridades y desconfianzas, el mensaje de los monjes es todavía más importante » afirmó la Prefecta de París Anne Hidalgo, también presente en la ceremonia.
El Monasterio de Tibhirine, hoy
Hoy el Monasterio de Tibhirine es habitado y administrado por el Padre Jean-Marie Lassausse, de la ‘Mission de France’. Trabaja con los mismos agricultores con los cuales trabajaban los siete monjes asesinados.
El monasterio recibe voluntarios, participantes de retiros y simples peregrinos.
También numerosos argelinos se dirigen al lugar, algunos por curiosidad, pero sobre todo para prestar homenaje o por reconocimiento a los monjes, en particular al Hermano Luc, que cuidó de muchos de ellos y de sus familias.
Recientemente Padre Lassausse evocó la posibilidad de un retorno «gradual» de una comunidad religiosa al monasterio.
Una certeza permanece: ¡Tibhirine, jardín potager, continúa dando frutos!
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de L’Osservatore Romano – París)
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