Ciudad del Vaticano (Miércoles, 08-06-2016, Gaudium Press) Comentando el milagro de la trasformación del agua en vino en las Bodas de Caná durante la meditación de la audiencia general, el Papa Francisco ha mostrado elementos de la rica simbología allí incluida.
El texto de San Juan que narra los acontecimientos ocurridos en las Bodas relata que allí «Jesús también fue invitado con sus discípulos» . (Jn 2, 2). El Papa destaca que «aquellos que Jesús ha llamado a seguirlo, los ha ligado a sí en una comunidad y ahora, como una única familia, son invitados todos a la boda». Los apóstoles y discípulos ya conforman la familia del Señor, en un acto de misericordia de Él.
Al comentar el delicado pedido de la Virgen, «no tienen vino», el Papa recuerda que los profetas señalaban al vino como «un elemento típico del banquete mesiánico» (Cfr. Am 9,13-14; Jo 2,24; Is 25,6). El vino se liga al mesías y a la Nueva Alianza, mientras que el agua es signo de la Ley de Moisés. «Jesús realiza un signo elocuente: transforma la Ley de Moisés en Evangelio, portador de alegría. Como dice en otro pasaje el mismo Juan: «La Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo» (1,17)».
El Papa profundiza en el significado de la orden de María: ««Hagan todo lo que él les diga» (v. 5). Es curioso: son sus últimas palabras reportadas en los Evangelio: son la herencia que nos entrega a todos nosotros. También hoy la Virgen nos dice a todos nosotros: «Hagan todo lo que él les diga». Es la herencia que nos ha dejado: ¡es bello!» Los sirvientes obedecen a la Virgen y se opera el milagro.
«En estas bodas, de verdad viene estipulada una Nueva Alianza y a los servidores del Señor, es decir a toda la Iglesia, le es confiada la nueva misión: «Hagan todo lo que él les diga». Servir al Señor significa escuchar y poner en práctica su Palabra. Es la recomendación simple pero esencial de la Madre de Jesús y es el programa de vida del cristiano. Para cada uno de nosotros, sacar de las tinajas equivale a confiar en la Palabra de Dios para experimentar su eficacia en la vida. Entonces, junto al encargado del banquete que ha probado el agua convertida en vino, también nosotros podemos exclamar: «Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento» (v. 10). Si, el Señor continúa reservando aquel vino bueno para nuestra salvación, así como continua brotando del costado atravesado del Señor», expresó el Papa.
El Papa Francisco convocó al final de su reflexión a aceptar la invitación que hace el Señor, de participar de las Bodas, es decir, entrar en la familia del Señor, gozar del vino nuevo de su gracia y su enseñanza, y cumplir con el plan de vida de hacer todo lo que Él indica.
Con información de Radio Vaticano
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