Puerto Alegre – Río Grande del Sur (Lunes, 27-06-2016, Gaudium Press) Los crucifijos y símbolos religiosos ahora pueden ser recolocados en los predios de los tribunales del estado de Río Grande del Sur, Brasil. Después de cuatro años, la decisión del Consejo Nacional de Justicia (CNJ), publicada en este mes, refuerza que la presencia de las imágenes religiosas en los tribunales no perjudica el Estado laico o la libertad religiosa.
En nota emitida, la decisión del Consejo, teniendo como relator al Consejero Emmanoel Campelo, afirma que «la presencia de Crucifijo o símbolos religiosos en un tribunal no excluye o disminuye la garantía de los que practican otras creencias, tampoco afecta al Estado laico, porque no induce a ningún individuo a adoptar cualquier tipo de religión, como tampoco hiere el derecho de quien quiera que sea».
El caso ya es de larga data, teniendo inicio en febrero de 2012. En la época, fue protocolado un requerimiento para retirada del Crucifijo y símbolos religiosos de los predios de la Justicia gaucha, en recurso a la decisión de diciembre de 2011.
En el mes de marzo de 2012, el Consejo de la Magistratura del Tribunal de Justicia de Río Grande del Sur (TJ-RS) determinó, por unanimidad, la retirada de crucifijos y símbolos religiosos durante los tribunales.
Después de esta determinación, la Arquidiócesis de Passo Fundo buscó revertir la situación en el Consejo Nacional de Justicia. Para eso, fue solicitada la reconsideración de la decisión con la ayuda de la Asociación de los Juristas Católicos (AJC) y personas físicas.
Para Campelo, los «símbolos religiosos son también símbolos culturales», una vez que el «crucifijo es un símbolo simultáneamente religioso e cultural», que representa uno de los pilares de la civilización occidental.
Además, la propia Constitución de 1988 trae en su preámbulo la siguiente expresión: «promulgamos, bajo la protección de Dios, la siguiente Constitución de la República Federativa del Brasil».
Por último, el informe concluye que «los símbolos religiosos pueden componer las salas del Poder Judicial, sin herir la libertad religiosa, y que no se puede imponer su retirada de todos los tribunales, indiscriminadamente».
«Que el crucifijo continúe constituyendo la fuerza y la sabiduría de Dios»
En 2012, cuando el asunto repercutió en los principales medios de comunicación, el entonces Arzobispo de Puerto Alegre, Mons. Dadeus Grings, abordó la cuestión en uno de sus artículos.
En el texto, Mons. Dadeus recordó que la retirada de los crucifijos implicaba en menoscabo de nuestros valores sociales, pues nuestros símbolos más sagrados resaltaban la búsqueda de la paz social, la fraternidad universal, el amor incondicional, la salvación que viene de Dios, la honestidad que garantiza la contextura social y la Fe en lo transcendente para garantizar perennidad a la vida humana.
Conforme el prelado, hoy emérito, la Cruz para nosotros, así como para gran parte de la humanidad, incluso fuera del Cristianismo, sintetiza la dimensión transcendente del amor a Dios con la dimensión inmanente del amor al prójimo.
«Esperamos que el crucifijo continúe constituyendo la fuerza de Dios y la sabiduría de Dios también para los servidores del Judicial. Quien tiene Fe sabe y experimenta. No se debe, sin embargo, olvidar que el modo de vivir de una sociedad no es determinado por una minoría, ni puede ser por ella obstaculizado, si no se quiere configurar una dictadura y suprimir la democracia», concluyó Mons. Dadeus. (LMI)
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