San Pablo (Lunes, 07-09-2009, Gaudium Press) Centenas de fieles se pusieron de pie al paso del arzobispo de San Pablo, cardenal Odilo Pedro Scherer, rumbo al altar mayor de la Catedral de la Sede a las 12:15 horas del pasado sábado, donde se celebraría el 45º aniversario de la dedicación de la ‘Catedral Madre’ de la ciudad de San Pablo, acompañado de decenas de religiosos. El coro y la orquesta formados por los Heraldos del Evangelio y por la Sociedad de Vida Apostólica Reina de las Vírgenes entonaron los cantos litúrgicos.
Acompañado por tres obispos auxiliares, Mons. Odilo dio inicio a la ceremonia. «Oremos a Dios que nos permite vivir cada año». Las lecturas fueron realizadas por miembros de los Heraldos del Evangelio.
El Cardenal en la homilía afirmó que los presentes, religiosos y fieles, pretendían ‘expresar, en una iglesia viva de San Pablo, aquello que somos en cuanto Iglesia, unidos al pastoreo’. Mons. Odilo agradeció el apoyo de los obispos que no pudieron comparecer y, ‘de modo particular’, la presencia de los obispos auxiliares de la sede, Mons. Tarcisio Scaramussa, de Santana, Mons. Joaquim Justino Carreira, y de Lapa, Mons. João Mamede Filho. Saludó también la presencia y el apoyo de los Heraldos del Evangelio.
«Hoy nos alegramos de contar con esta catedral, después de la reforma coordinada por Mons. Cláudio Hummes», dijo Mons. Odilo, en referencia al arzobispo emérito de San Pablo y actual prefecto de la Congregación del Clero, quien colaboró sustancialmente mantener la belleza del templo. «Aquí el arzobispo tiene su cátedra, desde donde ejerce, de manera simbólica, su pastoreo», prosiguió, resaltando la importancia de la catedral, inaugurada en 1954.
El purpurado recordó a los fieles, apoyado en pasajes bíblicos, que la presencia de los templos y, especialmente, de la ‘Catedral Madre’ dentro de las ciudades sirve para recordar la existencia de Dios, y son lugares donde todos pueden ser recibidos para alabar al Señor y pedir su protección.
«Dios no necesita de casa, pero nosotros necesitamos de una imagen, una referencia para poder visualizar la presencia de Dios. En ese lugar especialmente vamos a alabar y escuchar la voz de Dios».
La dedicación de una iglesia, según el purpurado, habla del misterio de la fe de la propia Iglesia, construcción erguida y formada por ‘piedras vivas’, que son las propias personas. Enseguida, recordó el mensaje de San Pablo a los Corintios, a quienes el santo pidió que fuese erguido un templo para conseguir ‘la edificación de la Iglesia’.
«El hecho de la existencia del templo significa que somos adoradores de Dios y nos reunimos aquí para eso», afirmó.
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