domingo, 24 de noviembre de 2024
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Pastorcita, vidente y monja

Redacción (Jueves, 30-06-2016, Gaudium Press) La Hermana Lucía (1907-2005) siguió un itinerario de vida religiosa poco común. Fue la mayor de los tres pastorcitos agraciados con las apariciones de la Virgen María en Fátima y a la que se le encomendó hacer conocer y amar a la Santa Madre de Dios para establecer así en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón, muy poco divulgada hoy día, al menos como querría la Virgen. (1).

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Los tres pastorcitos de Fátima

De izq. a der., Lucía, Francisco y Jacinta

De 1917 a 1921 -año este en que se fue a estudiar a la edad de 14 años en el colegio de las Hermanas Doroteas en Oporto, acompañó dolorosamente la agonía y muerte de sus dos primitos víctimas de la llamada gripa española que asoló a Europa poco después de finalizada la Primera Guerra Mundial, y soportó con ejemplar paciencia el asedio de peregrinos, clero y prensa casi diariamente. Por eso lo mejor fue irse interna a aquel colegio y desligarse completamente de todo. Con esta comunidad religiosa profesó a los 20 años de edad en 1928, bajo el Pontificado de Pío XI (1922-1939) Papa del que había hablado la Virgen en la tercera aparición. Con las Doroteas estuvo hasta 1948, año en que el Papa Pío XII le ordenó hacerse monja de clausura perpetua en el Carmelo de Coimbra.

La idea de escribir sus memorias fue del Obispo Correia da Silva que le había enviado en 1935 una fotografía del cuerpo incorrupto de Jacinta exhumado en el cementerio de Vila de Ourén para ser trasladado al de Fátima. La monjita -todavía Dorotea-, ya había dejado por escrito algunas declaraciones acerca de las apariciones pero el Prelado le pidió que hiciera algo más extenso hablando sobre la personalidad y virtudes de Jacinta, ya que su cuerpo incorrupto así lo ameritaba. Después vendrían las memorias de las apariciones propiamente dichas y otras más en las que nunca revela la tercera parte de lo que le fue dicho el 13 de julio de 1917. Pero en enero de 1944 (plena segunda guerra mundial) la monjita ya de 37 años de edad recibe orden del Obispo de Leiría de consignar por escrito la tercera parte del secreto y entregársela, lo que la Virgen ya le había mandado a hacer a ella.(2)

Desde que ingresó al Carmelo en 1948, Sor Lucía no tuvo nunca más apariciones ni visiones sobrenaturales. Pero anteriormente, siendo Dorotea, cuenta que fueron varias las apariciones, incluso del Niño Dios y de la Santísima Trinidad. De una de ellas (1929) contó personalmente al P. José Bernardo Goncalves S.J., Secretario del Provincial en Tuy donde estaba Sor Lucía, que la Virgen le pidió expresamente que se hiciera saber llegada ya la hora de consagrar Rusia a su Inmaculado Corazón. Cuenta también que la Virgen le hizo saber más tarde -por «medio de una íntima comunicación», que al igual que con la petición del Sagrado Corazón de Jesús al Rey de Francia Luis XIV a través de Santa Margarita María en 1689, no habían querido atender su petición y que cuando lo hicieran ya sería demasiado tarde. (3)

Por Antonio Borda

(1) Segunda aparición, 13 de Junio d.e 1917.
(2) Compilación del P. Luis Kondor,SVD, Secretariado dos Pastorinhos, Fátima-Portugal.
(3) Op.cit, Pag.196.

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