Cracovia – Polonia (Jueves, 30-09-2016, Gaudium Press) La cruz de la Jornada Mundial de la Juventud fue un regalo de Juan Pablo II. Ella viaja por el mundo para hablar a los jóvenes sobre el amor de Dios. Juan Pablo II se las entregó el domingo de la Resurrección de 1984, en el cierre del Jubileo de la Redención.
En aquella ocasión el Papa dijo: «Queridísimos jóvenes, al encerrar el Año Santo yo les confío el símbolo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llévenla por el mundo como señal de amor del Señor Jesús para con la humanidad y anunciad a todos que solo en Cristo muerto y resucitado existe la salvación y la Redención».
Centro de San Lorenzo de Roma
Existen varias copias de esta cruz, sin embargo la original está guardada en la iglesia del Centro de San Lorenzo de Roma. Una Iglesia fundada por Juan Pablo II como un lugar donde jóvenes de todo el mundo hicieren amistades y rezaren juntos.
Priscille Pialoux, que es directora del Centro San Lorenzo, dice que «Lo que hacemos primero para ayudar a los jóvenes es mostrarles la Cruz y rezar juntos delante de ella. La segunda cosa que hacemos es compartir, forjar amistades. Por eso, a través de la cruz, a través de esta experiencia de Fe y de amistad, ayudamos a los jóvenes que aquí llegan».
Todos los Continentes
La cruz viajó por todos los continentes y es el símbolo más conocido de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Millares de jóvenes la llevaron a sus espaldas, la tocaron y rezaron delante de ella.
A sus pies fueron colocados mensajes, versículos bíblicos, intenciones, pedidos.
Madaleine de Laage, directora de acogida del Centro San Lorenzo, recuerda que «Ella nos fue donada por un Papa, Juan Pablo II. Por eso, esta cruz nos vincula con él.
Cuando la veo, veo la comunión de todos los jóvenes del mundo, unidos también con Benedicto XVI y el Papa Francisco. Es importante ese movimiento de unidad que se intuye por detrás de esta cruz».
Esta idea es realizada sobre todo cada tres años, cuando jóvenes de todo el mundo mantienen la tradición iniciada con Juan Pablo II de reunirse en alguna ciudad del mundo, en las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Es un modo de reavivar la Fe y construir amistades entre personas de culturas muy diferentes.
JMJ – Cracovia 2016
La próxima JMJ será celebrada al final de julio, con el Papa Francisco, en Cracovia. Y, evidentemente, ella será realizada a la sombra de una cruz. (JSG)
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