Berna – Suiza (Miércoles, 06-07-2016, Gaudium Press) La Comisión Justicia y Paz, de Suiza, preparó un estudio que fue publicado en el site de los Obispos de Suiza con el título de «El suicidio de los ancianos: un desafío».
Con la publicación de ese estudio, el objetivo buscado por los prelados helvéticos es de contribuir con el debate en la sociedad sobre la autonomía, la fragilidad, la muerte y la ayuda al suicidio.
La realidad que los obispos tienen como punto de partida para su manifestación es que, actualmente, más de 100 mil personas están inscritas en una organización que promueve y divulga el «suicidio asistido». Además, existe el hecho de que, en Suiza, desde 2015, «se discute la posibilidad de personas (muy) ancianas decidir libremente si quieren colocar fin a la propia vida», con la eufemísticamente llamada «muerte voluntaria en la vejez».
No es más una situación de «sufrimiento insoportable» que viene a justificar el suicidio, sino simplemente «la vejez y la perspectiva de una vida difícil», evidencia el estudio que investiga el por qué de esta idea tuvo «éxito» en la población helvética.
Promover la propia muerte -para amplios sectores de la población suiza- perdió el carácter antinatural de afrenta a la naturaleza y la vida. El suicidio de ancianos que, por algunos es considerado como una «solución individual», se torna «un grave problema social», una vez que se inserta totalmente en la «cultura del descarte».
Reiterando la oposición de la Iglesia a la «muerte planeada», Mons. Felix Gmür, Obispo de Basilea, subrayó a los periodistas durante la presentación del estudio en Berna, el viernes:
«Hoy, quien es dependiente de otra persona, es mal-visto y considerado anormal», observó.
El estudio de la Comisión Justicia y Paz, pesquisa la cuestión en el plan ético y social. Ella ofrece también algunas «recomendaciones» de orden moral y religioso para la sociedad. (JSG)
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