Ciudad del Vaticano (Martes, 19-07-2016, Gaudium Press) Silvia Correale es la postuladora de la causa de canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula. Según ella, Mama Antula fue una gran promotora de la dignidad de la mujer, al tiempo que indicó que tuvo con el beato Cura Brochero un «hilo de caridad» que los unía y que son los ejercicios espirituales ignacianos. Sobre todos estos temas Correale habló con Radio Vaticano. Mama Antula será beatificada el próximo 27 de agosto en Santiago del Estero, Argentina.
«Una de las actividades apostólicas que realizó ella con gran generosidad, con amor a Cristo, fue el estar muy cerca, acompañar de cerca la realidad de la mujer en situaciones precarias, en situaciones difíciles. Por ejemplo, ella recuperaba a mujeres que trabajaban en la calle, las rescataba, les hacía hacer los ejercicios de San Ignacio, se preocupaba de su futuro y las acompañaba durante todo el tiempo que fuera necesario», sostuvo.
«También se ocupaba de las niñas porque en la Santa Casa a las niñas se les enseñaba a rezar, se les enseñaba algunos elementos de alfabetización y también se les enseñaba normas de comportamiento, se les educaba, una educación muy primaria… lo que hoy podríamos llamar un oratorio para la infancia, porque efectivamente la madre era enfervorizada en su actividad apostólica y trataba de acompañar a la mujer y de ayudarla a encontrar su dignidad para poder vivir con fidelidad el mensaje cristiano», agregó.
La entrevista con Radio Vaticano
Historia: «Mama Antula era una mujer nacida en el territorio, que nosotros consideramos territorio del Virreinato del Río de la Plata… por distintas fuentes sabemos que ella nació en lo que hoy es la ciudad de Santiago del Estero en el año 1730. Su familia era una familia notable de la ciudad, su padre ocupaba un cargo en la administración, de aquellos cargos que tenían las familias más importantes, fue por eso que quizá también ella tomó contacto con los padres jesuitas desde muy joven».
«A los 15 años hizo, lo que nosotros podríamos considerar, un voto de castidad para el apostolado en una forma de consagración apostólica que existía entonces en la Compañía de Jesús que era lo que llamaban el beaterio. Porque si nos situamos en la historia de la Iglesia, en aquel momento las mujeres como vida religiosa existía solo los monasterios de clausura pero los padres de la Compañía de Jesús se dieron cuenta de que la mujer podía ayudar en ciertas actividades apostólicas de vida activa y… María Antonia era una beata de la Compañía de Jesús».
«Así que su formación era eminentemente de la espiritualidad jesuita y ella estaba volcada a la catequesis, a ayudar a los padres en la organización de los Ejercicios Espirituales y esa era su actividad principal. Teniendo seguramente las características de la espiritualidad jesuita, ignaciana: una vida religiosa esencialmente apostólica, un cristocentrismo apostólico, una vida dedicada a la mayor gloria de Dios, considerando la universalidad de la misión de la Iglesia pero siempre con los pies en la tierra, y viviendo esta realidad de comunión de espiritualidad ignaciana para -como dice el papa Francisco- ‘en salida’ hacia las periferias, a los más necesitados y considerando toda su actividad simplemente un instrumento de la gracia de Dios. Y es así como la encontramos a María Antonia en el momento en que se decide la expulsión de los jesuitas del territorio de España y de las colonias».
Ejercicios Espirituales: «Una vez que fueron expulsados los jesuitas del Virreinato, María Antonia que trabajaba muy cerca del padre Juárez, al despedirse de él, es un momento muy doloroso en su vida, y se ve que fue muy difícil para ella porque el padre Juárez le regala su sotana, su hábito religioso y desde entonces María Antonia viste el hábito religioso de los jesuitas y dedica toda su vida a continuar con lo que ella llamaba ‘el gran don que el Señor había hecho a la Iglesia’ a través de San Ignacio que eran los Ejercicios Espirituales y ella dijo: no se puede perder este don tan inmenso, dedicaré toda mi vida a seguir organizando Ejercicios de San Ignacio».
«A partir de ese momento, ella viaja a pie, de Santiago del Estero va en búsqueda de la autorización del gobernador de Tucumán para poder organizar Ejercicios de San Ignacio… el gobernador y el Obispo conceden la autorización por lo cual ella recorre las provincias del norte de la Argentina -Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Tucumán mismo- organizando Ejercicios de San Ignacio… lograba despertar en la gente, en los corazones de las personas una disponibilidad muy grande para conseguir todo lo necesario, alimentos, estructura, para que todos realizaran los Ejercicios Espirituales de San Ignacio».
Buenos Aires: «Después siente una llamada del Señor a seguir peregrinando, caminando para organizar los Ejercicios de San Ignacio y viaja a Buenos Aires a la que entra por lo que hoy en Buenos Aires es la iglesia del Pilar. En esa época Buenos Aires era una aldea… y ella llegó a tener una influencia muy notable en la sociedad porteña de ese momento. La gente venía en carro a hacer los Ejercicios [en la casa que fundó la madre]. En una de las cartas se lee que al terminar de organizar una tanda de Ejercicios, se tomaba solo un día de descanso, e iniciaba otra y así permanentemente a través de los años».
«Tenemos casi la certeza de que todos los próceres de mayo de 1810 que son los que inician el proceso de Independencia en la Argentina han pasado por la ‘santa Casa’. A través de toda la documentación histórica tenemos casi la certeza moral de que María Antonia es la madre espiritual de la Argentina. Ahora que en este mes de julio cumplimos doscientos años como país, creemos que seguramente ella es una de las raíces de nuestra sociedad argentina, de nuestra independencia, una independencia en que está la fe presente y que queremos que siga presente».
Promoción de la mujer: «Una de las actividades apostólicas que realizó ella con gran generosidad, con amor a Cristo, fue el estar muy cerca, acompañar de cerca la realidad de la mujer en situaciones precarias, en situaciones difíciles. Por ejemplo, ella recuperaba a mujeres que trabajaban en la calle, las rescataba, les hacía hacer los Ejercicios de San Ignacio, se preocupaba de su futuro y las acompañaba durante todo el tiempo que fuera necesario. También se ocupaba de las niñas porque en la ‘santa Casa’ a las niñas se les enseñaba a rezar, se les enseñaba algunos elementos de alfabetización y también se les enseñaba normas de comportamiento, se les educaba, una educación muy primaria… lo que hoy podríamos llamar un oratorio para la infancia, porque efectivamente la madre era enfervorizada en su actividad apostólica y trataba de acompañar a la mujer y de ayudarla a encontrar su dignidad para poder vivir con fidelidad el mensaje cristiano».
Cura Brochero: «María Antonia de Paz y Figueroa y José Gabriel del Rosario Brochero tienen un hilo de caridad que los une y que son los Ejercicios de San Ignacio. Cuando el Cura Brochero llega al curato de San Alberto se da cuenta de que con la obra de los Ejercicios Espirituales podría hacer mucho bien y acercar la gente a Dios. Va a Buenos Aires y reside unos meses en la casa de ejercicios fundada por la madre para darse cuenta de cómo se maneja una casa de Ejercicios y cómo se realiza esta actividad. Vuelve a Córdoba y se construye la casa de Ejercicios que está en Villa Cura Brochero. El padre Brochero, recogiendo la herencia de la madre… la llevó a la periferia de la provincia de Córdoba. La madre era beata de la Compañía de Jesús pero el Cura Brochero era un sacerdote diocesano, lo cual impacta muchísimo…»
Beatificación en Santiago del Estero: «Se ha decidido que la beatificación tenga lugar en la ciudad de Santiago del Estero y no en Buenos Aires, porque al morir Mama Antula y el haber vivido los últimos años de su vida en Buenos Aires porque es una causa de la diócesis de Buenos Aires… es la primera causa que se inició en nuestro país… Se realiza en Santiago del Estero porque la madre nació, vivió, hizo su opción vocacional en Santiago del Estero, aprendió su trabajo apostólico en Santiago del Estero y de Santiago del Estero salió en salida apostólica. Sus raíces y su historia personal tienen sede allí en Santiago y para el norte Argentino será un despertar muy potente, seguramente la participación allí será multitudinaria. Una zona que por distintas circunstancias históricas ha decaído muchísimo en los siglos y será una gran alegría para ellos. Desde Buenos Aires se está organizando una peregrinación de muchísima gente que viajará Santiago y eso es ir del centro a la periferia. Seguramente se contará con la participación de casi todo el Episcopado, porque es una fiesta de la Iglesia argentina, de la historia de la Iglesia argentina, y para nosotros tendrá el doble contenido: un contenido patriótico y un contenido religioso».
Con información de Aica
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