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Itatí (Martes, 19-07-2016, Gaudium Press) Monseñor Andrés Stanovnik, Arzobispo de Corrientes, Argentina, presidió las celebraciones por el aniversario número 116 de la Coronación Pontificia de la imagen de Nuestra Señora de Itatí, que congregaron a más de 300.000 personas, según informó la agencia AICA. El prelado pidió a los devotos superar el individualismo que adormece en un tiempo de gran relevancia para el cristiano.
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| Más de 300 mil fieles se congregaron en honor de la Virgen de Itatí. Foto: Noticias Itateñas. |
«La fe en la Virgen tiene que despertarnos y ayudarnos a descubrir que somos un pueblo de hijos y de hermanos, peregrinos con los ojos bien abiertos para detectar los peligros que nos acechan en el camino», exhortó el Arzobispo, «en el cual los más expuestos e indefensos son nuestros niños y nuestros jóvenes». Mons. Stanovnik advirtió que el pensar sólo en sí mismo hace que los fieles estén «adormecidos y paralizados» mientras el mal no conoce tregua y exige que los creyentes se cuiden unos a otros.
El Arzobispo animó a recurrir a la Santísima Virgen en todas la necesidades. «¡Míranos, Madre, con esos tus ojos llenos de ternura y misericordia! ¡Cuánta necesidad tenemos de esos ojos! Míranos a nosotros que humildemente recurrimos a vos», suplicó. «Mira, tiernísima Madre, a nuestros enfermos y ancianos; a los que viven en la indigencia, a los presos, a los que se sienten solos, los que no tienen trabajo, a las víctimas de la trata y del comercio humano; a los menores víctimas de abuso, y a tantos jóvenes que sufren el flagelo de la droga, el vacío de la educación, la ausencia de empleo».
El prelado suplicó a la Santísima Virgen que ninguno de los devotos presentes se marchara de la Eucaristía sin un propósito firme, de forma que se conviertan en «misioneros de la misericordia siempre y en todas partes», comprometidos con «sembrar esperanza y a infundir esa fortaleza que nos viene de tu Hijo Jesús, para que nadie tenga que bajar los brazos ante la adversidad». El Arzobispo encomendó a la Madre de Dios el destino de Argentina, la sabiduría de los gobernantes, la fortaleza de quienes padecen necesidad y corazones puros humildes y prudentes para dar testimonio de misericordia especialmente al interior de las familias.
La bendición solemne de la fiesta mariana fue seguida de una procesión de la imagen por la explanada de la basílica de Itatí, acompañada por el Himno Nacional de Argentina y el Himno a la Virgen de Itatí.
Con información de AICA.
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