Concluye fase diocesana de proceso de beatificación de mártires de Urgel, España

Urgel (Viernes, 22-07-2016, Gaudium Press) El Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, presidió el pasado 15 de julio la sesión de clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación de los Siervos de Dios P. Josep Moles Torrents, y de 74 compañeros sacerdotes, así como del laico Lluís Farré Trilla, asesinados por odio a la fe en 1936. Los documentos recabados durante la investigación local pasan al análisis de la Santa Sede que podría reconocer el martirio y con la aprobación final del Papa, beatificar a los Siervos de Dios.

Sellado de las cajas con documentos apra su envío a la  Congregación para las Causas de los Santos. Foto: Diócesis de Urgel.

«Con este acto austero en la Capilla del Seminario diocesano, con juramento, actos y firmas, cerramos a la Diócesis de Urgell un proceso que iniciamos en el Nombre del Señor», expresó Mons Vives. «Han sido años de recibir testigos, reunir documentación, visitar las zonas donde fueron enterrados, etc. Nosotros ahora no juzgamos sobre Mn. Josep Moles y sus compañeros. Ofrecemos sencillamente nuestro juicio ante Dios y la Iglesia, y pedimos el discernimiento acertado, para que lo avale la asistencia del Espíritu Santo».

El prelado destacó la investigación como un deber cristiano. «Se trataba de recoger con cuidado y extraordinaria responsabilidad la vida y los detalles de la muerte sangrienta de unos hermanos sacerdotes y un laico bien nuestros, conocidos por muchos testigos como buenos sacerdotes, buenos cristianos y buenas personas», explicó. «Fueron un total de 111 los sacerdotes sacrificados por la ira de la persecución religiosa en la guerra civil (1936-39) ahora hará 80 años. Y clamamos por la libertad religiosa respetada y promovida».

En la ceremonia, el Arzobispo certificó la autenticidad de las actas del proceso sobre la vida, virtudes y fama de santidad de los Siervos de Dios y se sellaron 36 cajas con más de 27.000 folios de pruebas documentales y testimonios que serán estudiados por la Congregación para las Causas de los Santos. «Nuestro deber era que nada se perdiera, como encargó el Señor, después de la multiplicación de los panes y los peces», destacó el Arzobispo. «Y así fue para estos sacerdotes, vidas entregadas y multiplicadas por la gracia de Dios. (…) Son fruto de esta tierra fecundada por el Espíritu Santo que hace fuertes ante la persecución y la muerte».

Con información de Diócesis de Urgel.