Ciudad del Vaticano (Lunes, 08-08-2016, Gaudium Press) En el Ángelus del primer domingo de agosto, el Papa se refirió a tres metáforas evangélicas que nos hablan de la preparación para el encuentro con el Señor al final de nuestras vidas. «En el pasaje del Evangelio de hoy (Lc 12, 32-48), Jesús habla a sus discípulos del comportamiento a seguir en vista al encuentro final con Él, y explica cómo la espera de este encuentro debe impulsar a una vida rica de obras buenas», expresó el Pontífice.
La primera es la parábola de los hombres que esperan en la noche el regreso de su señor. Esto es importante: la vigilancia, estar atentos, el ser vigilantes en la vida. «¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada!» (v.37).
La segunda parábola tiene como imagen la llegada imprevisible del ladrón. Este hecho exige una vigilancia; es más Jesús exhorta: «Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada» (v.40). El discípulo es aquel que espera al Señor y a su Reino. El Evangelio aclara esta perspectiva con la tercera parábola: el administrador de una casa después de la partida del señor. En la primera imagen, el administrador sigue fielmente sus deberes y recibe su recompensa. En la segunda imagen, el administrador abusa de su autoridad y golpea a los siervos, por ello, al regreso imprevisto del señor, será castigado», dijo el Papa.
Francisco concluyó sus palabras pidiendo a la Virgen un pronto camino al encuentro con Dios.
Con información de Radio Vaticano
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