Kathmandu (Martes, 09-08-2016, Gaudium Press) El movimiento seglar Parejas para Cristo celebró en la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora en Kathmandú, Nepal, 32 años de fundación con una jornada de oración y testimonios de tres días de duración para extender los valores cristianos de la familia en una sociedad en la cual los creyentes son minoritarios.
Catedral de la Asunción de Nuestra Señora en Kathmandú, Nepal. Foto: AsiaNews. |
Durante los días de celebración de las familias, diversos testimonios fueron expuestos. Un piloto católico y su hija compartieron su experiencia de cómo la fe guía en tiempos de incertidumbre moral. «Si yo no fuera católico, estaría perdido entre quienes viven en confusión», expresó el padre de familia, según informó AsiaNews. En su lugar, compartió cómo la oración «nos sana, aumenta nuestra confianza y nos inspira a tener éxito en la vida. Creo que el verdadero éxito está en la vida espiritual, llena de oración y sentimientos positivos».
Otro católico reconocido localmente, Josh B. Niraula, quien dirige varias instituciones educativas, explicó la necesidad de la vida interior como base y sostén de las actividades externas. «Para ser exitosos en las cosas que llevamos a cabo necesitamos paz y reflexión, cosas que obtenemos a través de la oración», comentó. «Jesús ha sido siempre mi vida y nunca he hecho otra cosa que seguirlo».
Para los católicos de Nepal, quienes deben enfrentar un entorno de pobreza, problemas e inestabilidad social, el apoyo de los movimientos como Parejas para Cristo es de gran importancia. «Las familias católicas viven vidas bellas y son activos en el trabajo», explicó Chirendra Satyal. La vida espiritual inspira el trabajo y la acción y la caridad en favor de los más necesitados.
El testimonio de las familias católicas atrae a los no creyentes, como es el caso de Dinesh Yonjan, quien asistió a la jornada a pesar de no pertenecer a la Iglesia. «Estoy fascinado e inspirado al vivir con católicos. Ver el éxito de las familias cristianas, comencé a acercarme a ellas. Pedí permiso de venir a sus reuniones y me dieron la bienvenida», relató. «Entonces encontré mucha gente como yo. Ahora deseo orar y seguir a Jesús».
Con información de AsiaNews.
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