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Phoenix (Jueves, 11-08-2016, Gaudium Press) La devoción popular a San Charbel en Phoenix, Estados Unidos, tiene un nuevo epicentro: el templo católico maronita de San José. Si bien la Iglesia de rito maronita es frecuentemente el centro de la devoción de este importante Santo libanés, un posible milagro concedido por su intercesión a una creyente de origen latino ha potenciado su veneración (ver noticia anterior). A raíz de este, la comunidad de católicos maronitas edifica una ermita en honor del Santo en la cual se conservará una de sus reliquias y que muy probablemente atraerá numerosos devotos.
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| Mons. Thomas Olmsted, obispo de Phoenix, durante la visita de las reliquias de San Charbel a la parroquia maronita de San José. Foto: Parroquia de San José. |
El P. Wissam Akiki, quien aconsejó a Gutiérrez «hacer oración y tener fe» para obtener el milagro, y quien trazó la señal de la cruz sobre sus ojos durante la visita de las reliquias de San Charbel a su parroquia, anunció que ya se ha instalado la primera piedra de la edificación, que contará con una «gran escultura». El lugar de construcción se encuentra frente a la parroquia y su altar será dedicado el día 09 de octubre, aniversario de la canonización de San Charbel.
Una de las reliquias del Santo que visitaron Estados Unidos fue dejada en la parroquia de San José a causa de la gran devoción animada por el posible milagro, del cual los médicos han declarado no existir una explicación científica y el cual aún es investigado por la Iglesia Católica Maronita. La parroquia en este momento recauda fondos para culminar las obras según el plan estipulado. «La meta es recaudar 85.000 dólares para la construcción y arquitectura de la capilla, que estará abierta las 24 horas para cualquier persona que desee venir a rezar o prender una veladora», explicó el P. Akiki, según informó ACI.
La parroquia de San José organiza en la actualidad una celebración especial en honor a San Charbel los días 22 de cada mes. En ese mismo día cada mes, miles de peregrinos visitan la ermita en la cual vivió el Santo en las montañas de Líbano y realizan una procesión hasta el monasterio Annaya, donde reposan sus restos incorruptos.
Con información de ACI
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