domingo, 24 de noviembre de 2024
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Sevilla "coronó en su corazón" a la Virgen de los Reyes

Sevilla (Martes, 16-08-2016, Gaudium Press) Este lunes 15 de agosto, en la solemnidad de la Asunción de María, la Archidiócesis Sevilla, celebró una fiesta muy especial: la festividad de su Patrona, la Virgen de los Reyes. El epicentro de la celebración ha sido la solemne Eucaristía que presidió en la mañana Mons. Juan José Asenjo, Arzobispo de la ciudad española, quien llamó a poner a Nuestra Señora en el centro de los corazones.

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Nuestra Señora de los Reyes con el precioso manto rojo del siglo XIX, donado por la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón en 1851 / Foto: Ignacio Juan Fernández Barrionuevo-Pereña.

«Celebramos la fiesta de Nuestra Señora de los Reyes, patrona de Sevilla y de su Archidiócesis, en la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen, el misterio de la glorificación y del triunfo de María. En esta solemnidad manifestamos nuestra certeza de que al final de su vida la Virgen no conoció la corrupción del sepulcro, sino que fue asunta inmediatamente al cielo en cuerpo y alma», destacó el prelado al iniciar la homilía de la celebración eucarística.

Luego, refiriéndose al responsorio del Salmo del día que decía «De pie, a tu derecha, está la reina enjoyada con oro», el Arzobispo recordó que con esta respuesta «hemos manifestado nuestra convicción de que la Santísima Virgen, después de su asunción a los cielos, fue coronada por la Santísima Trinidad como reina y señora de todo lo creado».

Bajo esta misma línea, Mons. Asenjo enumeró por qué María es Reina: «María es reina por ser la madre del que es ‘Rey de reyes y señor de los señores’ (Apoc 19,16). María es reina por haber cooperado activamente con su Hijo en la obra saludable de nuestra redención, al aceptar su dolor y su muerte y ofrecerla al Padre por la salvación de toda la humanidad. Por ello, el Concilio Vaticano II afirma con mucha concisión y claridad que María, ‘asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial, fue ensalzada por el Señor como reina del universo con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte’ (LG 62)».

En este sentido -prosiguió el prelado-, «la coronación de María como reina del mundo, es para la humanidad peregrina que gime en este valle de lágrimas, signo de esperanza segura y de consuelo hasta que llegue el día del Señor».

«En la lucha espiritual entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, entre el pecado y la gracia, es decisiva la ayuda de María a la Iglesia y a cada uno de los cristianos para lograr la victoria definitiva sobre el mal», agregó el Arzobispo de Sevilla.

El prelado señaló que la solemnidad de la Asunción y la coronación de la Virgen como reina y Señora de todo lo creado, «nos invita a coronar a la Virgen de los Reyes en nuestros corazones y en nuestras vidas. ‘La Virgen del os Reyes en el corazón’ podría ser un buen lema para este día: ‘La Virgen de los Reyes en el corazón de todos los sevillanos'».

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La procesión recorrió las calles cercanas a la Catedral de Sevilla / Foto: Ignacio Juan Fernández Barrionuevo-Pereña.

«Sí, queridos hermanos y hermanas, pongamos a la Virgen de los Reyes en el centro de nuestros corazones y de nuestras vidas. Caminemos con ella, a la zaga de su huella, poniéndola como estandarte de nuestro camino en esta tierra. ¡Qué mejor compañía que la de María! Que en este día, con un gozo y un compromiso renovados, la Virgen de los Reyes sea el centro de nuestros pensamientos, el norte de nuestros anhelos, el apoyo de nuestras luchas, el bálsamo de nuestros sufrimientos y la causa redoblada de nuestras alegrías», prosiguió Mons. Asenjo.

La solemnidad patronal también estuvo marcada por la procesión con la venerada imagen de la Virgen coronada, quien recorrió las calles cercanas a la Catedral sevillana llevando un precioso manto rojo del siglo XIX, que fue donado por la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón en 1851, última hija del Rey Fernando VII. El hermoso traje está bordado en terciopelo rojo y es de estilo barroco.

La imagen de la Virgen de los Reyes, luminosa, imponente y llena de majestad, es una talla de madera de alerce con estilo gótico, de autor desconocido, realizada alrededor del siglo XIII, siendo una de las imágenes denominadas «vírgenes fernandinas» que trajo a España el Rey Fernando III.

Ver nota anterior:
Sevilla: inician los tributos a Nuestra Señora de los Reyes.

Con información de la Archidiócesis de Sevilla.

 

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