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Ciudad del Vaticano (Martes, 16-08-2016, Gaudium Press) Al regresar a la ventana del Palacio Apostólico este lunes 15, feriado en el Vaticano por ocasión de la Solemnidad de la Asunción de María Santísima, el Papa Francisco dijo a los millares de fieles reunidos en la Plaza San Pedro que Nuestra Señora nos precede en la «estrada de los bautizados».
Las palabras del Pontífice recordaron a las víctimas inocentes que «no tienen peso sobre la opinión mundial», así como a todas las mujeres que viven situaciones dramáticas:
«Que a ellas pueda llegar cuanto antes el inicio de una ciudad de paz, de justicia, de amor, a la espera del día en que finalmente se sentirán tomadas por manos que no humillan, sino que con ternura las levantan y las conducen hasta el cielo», pidió el Santo Padre.
Según el Papa, «el Evangelio de la Solemnidad de la Asunción de María describe el encuentro entre María y su prima Isabel, destacando que ‘María se levantó y con prisa fue hasta la región montañosa, en una ciudad de Judá’.
«En aquellos días, María corría en dirección a una pequeña ciudad próxima a Jerusalén para encontrar a Isabel. Hoy la contemplamos en su camino en dirección a la Jerusalén celeste, para encontrar finalmente el rostro del Padre y rever el rostro de su Hijo Jesús. Muchas veces en su vida terrena había recorrido áreas montañosas, hasta la última dolorosa estación del Calvario, asociada al misterio de la pasión de Cristo», completó.
Ahora, conforme el Santo Padre, «la vemos llegar a la montaña de Dios, ‘vestida como el sol, con la luna bajo sus pies y, en la cabeza, una corona de doce estrellas’ y atravesar los límites de la patria celeste».
«Ella fue la primera en creer en el Hijo de Dios, y es la primera en subir a los cielos en cuerpo y alma. Inicialmente, acogió y cuidó a Jesús cuando todavía era niño, y es la primera a ser acogida por los brazos de su Hijo para ser llevada al Reino eterno del Padre».
(LMI)
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