Roma – Italia (Martes, 23-08-2016, Gaudium Press) En vista de la 67ª Semana Litúrgica Nacional Italiana que comenzó este lunes 22, en Gubbio, el Papa Francisco envió un mensaje a Mons. Claudio Maniago, obispo de Castellaneta.
La elección del lugar para la realización de la Semana Litúrgica se debe por los 1600 años de la Carta de Papa Inocencio I a Decenzio, Obispo de Gubbio. Además, el evento ocurre en consonancia con el Año Santo de la Misericordia.
Inspirada en el tema «Liturgia como lugar de la Misericordia», el encuentro retoma la idea de ofrecer en el contexto de ese año jubilar una especial contribución a la Iglesia italiana.
«Cuando nos esforzamos en vivir cada momento litúrgico ‘con una mirada fija en Jesús y su rostro misericordioso podemos coger el amor de la Santísima Trinidad (…). Este amor se hace visible y tangible en toda la vida de Jesús (…). Todo en Él habla de la misericordia.
Nada en él es privado de compasión’ (Misericordiae Vultus, 8). Estas palabras me recuerdan al papa León Magno, en su homilía en la Ascensión: ‘Lo que es visible (y tangible) de nuestro redentor pasa por los sacramentos’ (PL 54, 398)», escribió el Papa.
El Pontífice resaltó además que «el don de la misericordia, sin embargo, resplandece de modo todo particular en el sacramento de la Penitencia y Reconciliación. Es reconciliado para reconciliar».
«La misericordia del Padre no puede cerrarse en actitudes intimistas y auto consoladoras, porque ella se demuestra potente en renovar las personas y tornarlas capaces de ofrecer a los otros la experiencia viva del propio don. Partiendo de la consciencia que se es perdonado para perdonar, se es testigo de misericordia en cualquier ambiente suscitando el deseo de capacidad de perdón. Este es el desafío al cual todos somos llamados, especialmente delante del rencor que hace a las personas cerrarse, aquellas que tienen necesidad de reencontrar la alegría de la serenidad interior y el gusto por la Paz».
Sobre la Penitencia Sacramental, el Papa recordó que «es percibido como expresión de una ‘Iglesia en salida’, como ‘puerta’ no solamente para reentrar después de estar distante, sino como ‘paso’ a las varias periferias de la humanidad siempre más necesitadas de compasión».
Conforme Francisco, «el encuentro con la Misericordia recreadora de Dios transforma a todas las mujeres y hombres para anunciar la vida nueva del Evangelio a través de la existencia reconciliada y reconciliadora».
El Santo Padre hizo votos de que las reflexiones y celebraciones de la Semana Litúrgica «maduren siempre más la comprensión de la liturgia como ‘fons et culmen’ de una vida eclesial y personal, llena de misericordia y compasión, porque es constantemente formada por la escuela del Evangelio».
Concluyendo, confió a la materna intercesión de María Santísima, pidiendo que recen por él y por el servicio a la Iglesia, y envió a todos los presentes una especial bendición apostólica. (LMI)
Deje su Comentario