Ciudad del Vaticano (Jueves, 25-08-2016, Gaudium Press) Al enviar dos cartas, una destinada a Mons. Gadecki y otra al Cardenal Dziwisz, el Papa Francisco alentó a la Iglesia y la juventud polaca a seguir testimoniando la divina misericordia.
«Con gran alegría recuerdo el encuentro con los jóvenes venidos de diversas naciones», escribe el Santo Padre al Presidente de la Conferencia Episcopal polaca, Mons. Stanislaw Gadecki.
En el texto, el Papa expresó su «gratitud» a la Iglesia de Polonia por la «calurosa acogida» y el «empeño con el cual fue preparada la visita» de él al país sede de la JMJ de 2016.
«Me quedé profundamente emocionado por la fe sólida que vi en ustedes, por su esperanza inamovible delante de las dificultades y tragedias y con la fervorosa caridad que anima el camino humano y cristiano», afirmó.
Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press |
El Pontífice alegó además que «conserva un intenso y querido recuerdo», especialmente de la solemne Celebración eucarística en el Santuario de Czestochowa, en el 1050º aniversario del Bautismo de Polonia, así como del «conmovedor momento de oración» en el campo de concentración de Auschwitz.
Francisco también aseguró su oración «para que la Iglesia de Polonia continúe caminando con perseverancia y coraje, testimoniando a todos el amor misericordioso del Señor».
Ya en la carta dirigida al Cardenal Dziwisz, el Papa agradeció al purpurado por la buena voluntad para con la Iglesia.
«Al volver de mi visita pastoral a Cracovia, en la cual me fue dada la alegría de recordar a mi venerado Predecesor San Juan Pablo II, viví momentos de profunda comunión con esta comunidad diocesana. Pude experimentar el entusiasmo de la fe de una enorme multitud de jóvenes de diferentes continentes. Deseo expresar a usted y a los sacerdotes, personas consagradas a mi profunda gratitud por la calurosa recepción en su casa, las atenciones dispensadas a mí y a mis colaboradores. Llevo en mi corazón el recuerdo de las celebraciones litúrgicas caracterizadas por una profunda simpatía y animadas por una fe fervorosa».
Al agradecer a todos los que trabajaron para el éxito de los días de fe y oración durante la JMJ de Cracovia, alentó a toda la Arquidiócesis «a continuar su camino testimoniando constantemente la Misericordia divina».
«Pido a Dios por la intercesión de María que conceda una lluvia de dones y conforto celestial, especialmente a los jóvenes, que tengan cada vez más, una consciente adhesión al Evangelio. Con ese sentimiento, también pido que continúen perseverantes en la oración por mí», concluyó. (LMI)
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