Brasilia (Viernes, 02-09-2016, Gaudium Press) La Iglesia Católica en Brasil celebra en este mes de septiembre el Mes de la Biblia. La iniciativa tuvo inicio en 1971, en vista de los 50 años de fundación de la Arquidiócesis de Belo Horizonte.
En 1985, la idea fue colocada en práctica a través de la colaboración efectiva del Servicio de Animación Bíblica de las Paulinas (SAB). Posteriormente, fue asumida por la Conferencia de los Obispos del Brasil (CNBB), extendiéndose al ámbito nacional.
En este año, el Mes de la Biblia en la Iglesia en Brasil completa sus 30 años y trae como propuesta de estudio el libro del profeta Miqueas, a través del tema «Para que en Él nuestros pueblos tengan vida» y el lema «Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar con Dios».
Con la finalidad de buscar auxiliar a las comunidades, parroquias y diócesis, la Comisión Episcopal Pastoral para la Animación Bíblico-Catequética de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) presenta dos subsidios para esta celebración.
El Texto-Base aborda, de forma explicativa y en seis capítulos, el tema y el lema. Ya la hoja de ruta de «Encuentros Bíblicos» ofrece cinco celebraciones para la vivencia en grupo, además de sugerencias de cantos litúrgicos.
De acuerdo con el Arzobispo de Curitiba y presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Animación Bíblico-Catequética de la CNBB, Mons. José Antônio Peruzzo, el Mes de la Biblia se tornó un espacio de vivencia y experiencia de Fe en las parroquias.
«Gracias al buen Dios, cada año vemos crecer en las comunidades de Fe el gusto y el sano anhelo por conocer la Palabra de Dios. No es apenas curiosidad; no apenas deseo de mejor saber y más conocer temas sobre religión. Mucho más, hay en el corazón de nuestra gente un secreto deseo de sentido y de esperanza. Hay una búsqueda sincera y simple de experiencias de Fe. Nuestro pueblo quiere sentir la proximidad de Dios», explicó.
Mons. Peruzzo recordó también la importancia de la vivencia de la Palabra de Dios en la vida en comunidad y en la familia.
«Nuestro país precisa de nuevas experiencias de profetismo. Lo mismo vale para nuestra Iglesia y para nuestras comunidades. Mientras haya profetas, aquellos que pronuncian la Palabra oída de su Señor, Dios aún no habrá sido silenciado en medio a los suyos. Valorizar la palabra profética, oyéndola con humildad y respondiendo con fidelidad, es como desear que la voz de Dios sea siempre la primera a resonar y la última a hacer eco», destacó.
Los subsidios para el Mes de la Biblia ya están disponibles en el site de las Ediciones CNBB. (LMI)
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