Ciudad del Vaticano (Lunes, 05-09-2016, Gaudium Press) El Papa Francisco bendijo el pasado 03 de septiembre una imagen de Nuestra Señora de Aparecida, Patrona de Brasil, que fue llevada a la Santa Sede por la Emabajada de Brasil ante la Santa Sede y la Arquidiócesis de Aparecida. La imagen será venerada en los Jardines Vaticanos, de la misma manera como otras importantes advocaciones.
Imagen original de Nuestra Señora de Aparecida, Patrona de Brail. Foto: Gaudium Press. |
«Les invito a rezar porque continúe, ella, custodiando todo el Brasil, todo el pueblo brasileño, en este momento triste; que proteja a los pobres, a los descartados, a los ancianos, a los abandonados, a los niños de la calle», comentó el Pontífice. También recordó la manera como la imagen original fue hallada por unos trabajadores y manifestó su deseo de que sea «encontrada por todos», particularmente por quienes padecen necesidad.
La llegada de la imagen de bronce al Vaticano fue oportunidad para que el Papa Francisco se refiriera a sus dudas sobre la posiblidad de realizar una segunda visita a Brasil. «Estoy contento que la imagen de Nuestra Señora de Aparecida esté en los jardines», comentó. «En el 2013 había prometido que volvería el próximo año: no se si será posible, al menos la tendré mas cerca aquí»
Brasil celebrará los 300 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora de Aparecida en 2017. El acontecimiento extraordinario se produjo cuando tres humildes pecadores se preparaban para recibir al Gobernador de la entonces Capitanía de São Paulo y Minas de Oro, D. Pedro de Almeida y Portugal, pescando para hallar una provisión de peces digna del visitante. Luego de tener una pesca escasa, una de las redes atrapó una imagen de terracota de la Santísima Virgen, a la cual le faltaba la cabeza. Al tirar arrojar de nuevo las redes, en contra de las probabilidades la cabeza fue hallada y después de ese momento la pesca fue tan abundante que por su peso ponía en riesgo a las embarcaciones que tuvieron que regresar inmediatamente.
Uno de los pescadores llevó la imagen a su hogar, donde comenzó a venerarla privadamente en un altar, y la devoción popular fue creciendo hasta motivar la construcción de un templo. Eventualmente se pudo identificar el autor de la escultura, el monje Frei Agostino de Jesús, de Sao Paulo, pero jamás se pudo establecer la forma en la cual llegó hasta el lugar del hallazgo. El crecimiento del número de devotos motivó el crecimiento del Santuario que es hoy en día el segundo templo católico más grande del mundo, cuyas dimensiones son un poco inferiores a la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Con información de Aleteia.
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