Washington (Martes, 06-09-2016, Gaudium Press) La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) presentó el pasado 02 de septiembre un documento en el cual resume las objeciones de la Iglesia Católica ante la propuesta de la Oficina de Política Científica de los Institutos Nacionales de Salud de autorizar la financiación pública federal de la investigación de «quimeras humano/animal».
Los prelados advirtieron sobre los graves peligros de la manipulación genética de seres humanos y animales para producir quimeras. Foto: Eelke. |
La opinión de los prelados, presentada a través de sus consejeros legales, denuncia que aprobar la propuesta significaría que «el gobierno federal comenzará a gastar dólares de contribuyentes en la creación y manipulación de nuevos seres cuya misma existencia hace difusa la línea entre la humanidad y animales como ratones y ratas». Los Obispos recordaron que una determinación de esta naturaleza es contraria a las normas del estatuto federal y «es también gravemente ilícito éticamente».
El documento alerta que las investigaciones de quimeras resultan en «seres que no pertenecen completamente a la raza humana o a las especies animales huéspedes», lo cual plantea un serio problema ético, «más allá del ya grave problema de explotar embriones humanos como fábricas de células para investigación», ya que «si uno no puede decir hasta dónde, si algún, el organismo resultante pueda tener estaus o características humanas, será imposible determinar cuales son las obligaciones morales con respecto a ese organismo».
La Conferencia de Obispos afirmó que la moralidad católica admite «un uso respetuoso de los animales en investigación que pueda beneficiar a la humanidad», pero reafirmaron que «debido a la dignidad única de la persona humana, existen límite a lo que puede ser hecho moralmente». La investigación de quimeras requiere la destrucción de embriones humanos, produce entidades con cerebros parcial o enteramente humanos y permite producir entidades vivas que tendrían gametos humanos, todos estos aspectos inaceptables para la moral católica.
«La dignidad e inviolabilidad de la vida humana en cada estadio de su desarrollo es un principio fundamental de cualquier sociedad civilizada», afirmó el documento, que recuerda normas como el Código de Nuremberg y el derecho de toda persona de no ser sometida a experimentación dañina sin el propio y expreso consentimiento informado.
Con información de Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
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