Gregorio de Laferrere (Martes, 06-09-2016, Gaudium Press) El obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Gabriel Barba, acompañó a la comunidad de la parroquia Santa Rosa de Lima durante la celebración de sus fiestas patronales y llamó a «ser evangelizadores», en una sociedad «donde todo es descartable». Pidió aprender «a ofrecer sacrificios» como Santa Rosa de Lima y asumir la cruz o el dolor. «Amar significa cargar la cruz», afirmó.
En la homilía, el prelado expresó la dificultad que afrontó para llegar a la iglesia a causa de la multitud congregada para saludar a su patrona. «¿Vieron todo lo que tardé en llegar? No me dejaban avanzar, y eso que medio me escapé para poder llegar a la celebración de la misa», bromeó y afirmó que «esto nos habla del hambre de Dios que hay en la gente».
También, destacó el gesto evangelizador que realizó la comunidad «llevando en andas a santa Rosa, cantando, rezando, entreverándose entre la gente del barrio», y llamó a todos los bautizados «a ser evangelizadores».
«Toda nuestra vida tiene que ser eso. La palabra más fuerte es la que se vive. Vivir es anunciar», aseguró y expresó que «no solo se evangeliza nombrando a Dios sino que, viviendo como Jesús nos enseñó, somos constructores del Reino y nuestros actos le van a dar un buen testimonio también a nuestras palabras. Sin miedo, de verdad, esto es lo que hoy necesita el mundo».
Asimismo, lamentó que se viva «en una sociedad donde no siempre se respeta el lugar de Dios», y que «vive a espaldas de Dios», con «supuestos valores que no son verdaderos valores cristianos»
«Nosotros también tenemos que aprender a ofrecer los sacrificios, y no hay que buscarlos ya tenemos muchas cosas para ofrecer. No hace falta privarse de carne o comer pescado en Semana Santa. Hay muchas formas de ofrecer, sin duda, pero la cruz que nosotros tenemos que ofrecer, es la cruz que nos toca vivir».
Además, manifestó que la cruz que uno no elige suele ser la que más cuesta; «y cada uno sabe cuál es su cruz; por dónde es que a veces cuesta más y cuál es la dificultad más grande; y cuál es el problema que más aqueja a su corazón. Debemos rezar desde ahí», explicó.
Y pidió asumir la cruz o el dolor, «llevarlo adelante y hacerse cargo», como María. «Amar significa cargar la cruz. Si yo quiero amar de verdad, si yo quiero de verdad poner el corazón en lo que haga, siempre va a estar la cruz. El camino del cristiano no es el camino de la comodidad. Jesús nos enseña eso y Santa Rosa de Lima nos enseñó eso con su oración, con sus sacrificios», señaló.
Con información de Aica
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