viernes, 22 de noviembre de 2024
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Nuevo Obispo auxiliar de Valencia comparte testimonio sobre su abuelo mártir

Valencia (Jueves, 08-09-2016, Gaudium Press) La sangre de los mártires es semilla de cristianos, según reza el antiguo refrán. Pero en el caso del Beato Arturo Ros Montalt, su sangre fue semilla de Obispo: su nieto, Mons. Arturo Ros, fue ordenado el pasado sábado 03 de septiembre nuevo obispo auxiliar de Valencia, España, en una ceremonia presidida por el Cardenal Antonio Cañizares. El lema episcopal del nuevo prelado fue justamente la última frase de su abuelo, asesinado por odio a la fe en agosto de 1936: «Apresuraos a perdonar».

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Ordenación episcopal de Mosn. Arturo Ros como Obispo auxiliar de Valencia, España. Foto: Servicio Audiovisual Diocesano.

«Apresuraos a perdonar fueron las palabras que mi abuelo les dijo a su mujer y seis hijos antes de dar la vida por Jesucristo y es la expresión de un alma que desea vivir el Evangelio hasta las últimas consecuencias», relató el prelado en una entrevista concedida a la revista Alfa y Omega. Esta frase llegó hasta él como una memoria preciada de su familia y no dudó en emplearla como lema episcopal tan pronto fue notificado de su nombramiento. «No es simplemente una frase, encierra en sí un estilo de vida, la esencia ministerial que tiene que estar marcada por el perdón, la cercanía y la misericordia. Esto es lo que el mundo necesita hoy».

Para el nuevo Obispo, el testimonio de su abuelo Beato fue decisivo para su vida y la de su familia, y pudo conocerlo de primera mano a través de su abuela. su fama de santidad permitió que al interior de la familia se le rindiera culto privado como mártir antes de la beatificación. «Fue un personaje ejemplar, un padre de familia muy preocupado por la evangelización», comentó. «En mi vocación sacerdotal, también fue muy importante».

Mons. Ros valoró el apostolado sacerdotal en las parroquias y buscó siempre ejercer ese servicio sin imaginar que sería nombrado Obispo. El tiempo entre la noticia del nombramiento y la ordenación episcopal lo ha empleado para adaptarse a su nuevo apostolado. «El modelo está claro, es uno: Jesucristo. Es a quien me quiero parecer, y a quien quiero mostrar a través de este servicio». Además de Cristo, señaló que valora como modelo a «numerosos obispos, empezando por don Antonio Cañizares y tantos hermanos sacerdotes», así como el testimonio de fe de su familia, «que siempre ha sido muy religiosa».

Con información de Alfa y Omega.

 

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