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San Pablo (Jueves, 08-09-2016, Gaudium Press) Por ocasión de la celebración por los 62 años de la Catedral Metropolitana Nuestra Señora de la Asunción y San Pablo, conocida popularmente como Catedral de la Sede, el Cardenal Arzobispo de San Pablo, Brasil, Mons. Odilo Pedro Scherer presidió el último lunes 5, la Santa Misa en acción de gracias por la dedicación al templo.
Mientras la fecha fue conmemorada por toda la Arquidiócesis como una fiesta litúrgica, en la propia Catedral fue celebrada como solemnidad. La Iglesia Madre de la Arquidiócesis, la Catedral de la Sede, es considerada un marco religioso, histórico y cultural de la capital paulista.
En su homilía, Mons. Odilo comentó la importancia de celebrar la dedicación del templo. «Recordando la construcción de ese edificio sagrado, que es dedicado a Dios con la señal de que Dios habita entre nosotros, y para encontrar a Dios vamos a la Iglesia, vamos al templo», dijo.
En seguida, completó: «En la Catedral, tenemos la celebración de los Sagrados Misterios de la liturgia, los Sacramentos, la Palabra de Dios. Momentos de alegría y de tristeza de la comunidad. Quien acoge al templo, acoge la iglesia como un lugar de Dios, un lugar de alegría, un lugar de refugio para buscar la esperanza, la luz y la inspiración para la vida».
Además, el Cardenal recordó que cada persona es templo de Dios:
«Dios se hace presente en nuestro medio, y Jesús nos dice: ‘Donde dos o más estén reunidos en mi nombre yo estaré con ellos’. Cuando nos reunimos en la casa de Dios, él está en medio de nosotros», agregó.
A su vez, el Padre Luiz Eduardo Baronto, cura de la Catedral, al final de la ceremonia, pronunció algunas palabras de agradecimiento.
«Hace 62 años ese templo era dedicado al culto del Señor, la celebración de sus alabanzas, y se tornó el centro de la ciudad el sacramento visible del esplendor. Por eso hoy es fiesta para la comunidad y para todos aquellos que aquí vienen a esta Catedral», declaró.
Luego, el sacerdote hizo memoria de todas las personas que realizan trabajos pastorales en la Catedral, así como todos los padres que componen el Cabido Metropolitano y demás presbíteros que auxilian en la atención de confesiones.
Según el Cura, el templo vive del celo de aquellos que allí trabajan. «Nosotros somos muy gratificados por esas personas que dedican su vida a cuidar del ambiente de la Catedral», resaltó. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de San Pablo
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