Barretos – San Pablo (Lunes, 12-09-2016, Gaudium Press) En el auditorio de la Curia Diocesana de Barretos, Brasil, fue instalado este jueves 8, el Tribunal de Investigación Diocesana que irá oír los testimonios acerca del Padre André Bortolameotti, dando así continuidad al proceso de canonización del Siervo de Dios.
En la ocasión, cerca de 60 personas participaron de la solemnidad de apertura, entre padres, religiosos y laicos.
El canciller del obispado y notario de la primera sesión, Padre Luís Fernando Nascimento, hizo la lectura de la carta de la Congregación para las Causas de los Santos, el «Nihil Obstat». El documento comunicó al obispo diocesano que de parte de la Santa Sede no existe ningún obstáculo para la introducción de la Causa. También se leyó el decreto de Mons. Milton en el cual él introducía el proceso y el decreto con el cual el prelado ordenaba el inicio de la investigación y constituía los miembros del Tribunal.
Ahora, la misión del tribunal será la de oír, a partir del día 22 de septiembre, los testimonios de las personas que viven en Brasil y convivieron con el Siervo de Dios para ser anexado al dossier que será enviado a la Santa Sede.
En sus consideraciones finales, Mons. Milton agradeció a los miembros de la investigación y de la postulación, así como al presidente de la Fundación Pío XII, mantenedora del Hospital de Cáncer de Barretos, Henrique Prata, que por muchos años tuvo la amistad, la dirección espiritual y al mismo tiempo ayudó al sacerdote en la creación de la Casa Madre Paulina, responsable por acoger centenas de pacientes.
Según el prelado, fue oportuna la aprobación de la Congregación para la Causa de los Santos para el inicio del proceso en este año en que la Iglesia celebra el Año Santo Extraordinario de la Misericordia.
«¡Muchos de ustedes convivieron con el Padre André y saben decir cuánto ese hombre vivió de la misericordia! La gente puede decir que el Padre André fue un ícono de la misericordia (…), de la misericordia traducida en actos. Ese hombre fue extraordinario (…) porque supo superarse a sí mismo, superar los obstáculos motivado por una fe ardiente en Cristo. (…) Él era un hombre que traducía en su vida la fe que él traía en su corazón», destacó Mons. Milton. (LMI)
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