Ciudad del Vaticano (Viernes, 16-09-2016, Gaudium Press) Una nueva disposición aprobada por el Papa Francisco reafirma la sacralidad de la vida humana desde la concepción. El Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos publicó una respuesta sobre la aplicación de la norma que veta para recibir el Sacramento del Orden a quienes realizan o cooperan con el pecado de aborto, mutilación o asesinato: La norma se aplica incluso a los candidatos que no eran católicos en el momento de que se realizó el pecado.
Las normas preservan la sacralidad del Sacramento del Orden y protegen a los fieles. Foto: Fr. Lawrence, OP. |
El Canon 1041 del Código de Derecho Canónico descarta de manera perpetua a los candidatos al sacerdocio que padecen enfermedades psíquicas incapacitantes; quienes cometan delitos de apostasía, herejía o cisma; quien se haya unido en matrimonio estando impedido para hacerlo, quien haya suplantado la autoridad de los Obispos o sacerdotes y «quien haya cometido homicidio voluntario o procurado el aborto habiéndose verificado éste, así como todos aquellos que hubieran cooperado positivamente», así como quienes se han mutilado a sí mismo o a otros o hayan intentado suicidarse.
Mons. Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Pontificio Consejo, explicó que el pecado de aborto como tal puede ser perdonado si la personas se arrepienten, «pero permanece una señal de advertencia» para quienes luego son candidatos a las órdenes sagradas, de manera que se requiere la intervención del Obispo para obtener una dispensa antes de que se pueda celebrar la ordenación, según informó The Catholic Register. Esta disposición busca «proteger la dignidad del Sacramento», así como dar seguridad a la comunidad de fieles a la cual servirá el sacerdote.
La consulta elevada al Pontificio Consejo se origina en el hecho que una lectura simple del texto podría indicar que la norma cobija a los bautizados, pero podría llegar excluir a los no católicos que siguieran una vocación al Orden sacerdotal después de su Bautismo. Esta situación sería «particularmente paradójica e injusta, porque tanto católicos como no católicos están igualmente obligados a respetar sus propias vidas y las de los demás», explicó Mons. Arrieta en L’Osservatore Romano.
«Estos casos no suceden a menudo», afirmó el prelado, «pero están en aumento». La llegada al catolicismo de más conversos particularmente del anglicanismo, donde ex sacerdotes anglicanos buscan la ordenación sacerdotal en la Iglesia Católica, se encuentra entre las razones para esta aclaración.
Con información de The Catholic Register.
Deje su Comentario