Sacerdote británico hace elogio de las vocaciones tardías a la vida religiosa

Londres (Viernes, 16-09-2016, Gaudium Press) El P. Matthew Pittam, quien sirve en la Parroquia de los Mártires Ingleses de Rugby, Inglaterra, redactó un artículo en el informativo The Catholic Herald en defensa de las vocaciones tardías a la vida religiosa. Para el sacerdote, la experiencia de las personas que buscan servir a Dios en su edad madura representa una riqueza frecuentemente desaprovechada por los límites de edad establecidos para la admisión de candidatos en gran número de congregaciones.

Algunas personas mayores pueden seguir la vocación religiosa que no pudieron vvir en su juventud. Foto: Laura Otter.

«Hace varias semanas tuve el privilegio de concelebrar una Eucaristía de profesión final con una diferencia», relató el P. Pittam. «Esta ocasión fue única porque la persona de quien se trataba, la Hna. Clare Francis, estaba en sus cincuentas». Si bien este hecho no debería ser particularmente notorio, el sacerdote recordó que la mayoría de comunidades exigen a sus candidatos tener menos de 40 años para que puedan ser adecuadamente formados. «Muchas personas capaces se sienten frustradas por tener esta sensación de llamado y que no haya manera de responder positivamente».

El Convento en el cual concelebró el sacerdote fue el Mater Ecclesiae en Rugby, congregación fundada en 1982 por la Hna. Catherine Mulligan, en la cual las mujeres de 40 a 65 años pueden realizar un proceso de discernimiento y retomar una vocación posiblemente abandonada. «Una vocación religiosa es un compromiso con Cristo en una relación de amor en la cual todo es regalo», afirma la comunidad en su presentación oficial. «Muchas mujeres pueden haber considerado esto en sus días más jóvenes pero haber tomado un camino distinto, particularmente uno de matrimonio, el cuidado de niños o de sus padres ancianos».

La congregación fue creada específicamente para ofrecer la oportunidad de discernir su vocación a las mujeres mayores que deben estar libre de personas que dependan de ellas, en buena salud y con suficiente independencia para cuidar de sí mismas y contribuir a las actividades de la comunidad. Las candidatas pueden visitar la comunidad durante algunos días sin un costo establecido y realizar un proceso de discernimiento de seis meses tras los cuales pueden solicitar ingresar al año de noviciado. Las hermanas tienen luego un tiempo de Profesión temporal y finalmente realizan su Profesión perpetua tras profundizar su compromiso con Cristo.

«Esta Profesión final que encontré tan inspiradora representa algo maravilloso que sucede silenciosamente en la Iglesia», comentó el P. Pittam. «Alguien en sus cincuentas tiene años de servicio y energía que ofrecer. Responder a un llamado tarde en la vida puede involucrar grandes sacrificios, especialmente cuando la persona tiene una familia o está acostumbrada a vivir una vida independiente. La obediencia y al estabilidad se hacen realidades mucho más desafiantes para vivir».

Con información de The Catholic Herald y Mater Ecclesiae.