Redacción (Lunes, 19-09-2016, Gaudium Press) El signo de la cruz representa el amor de Dios, quien por medio de su hijo Jesucristo entrega la vida eterna y la salvación; signo que para los cristianos es esperanza, fe y prueba de la infinita misericordia que el Padre ha tenido con la humanidad. La santa Cruz es el símbolo de la renuncia y del sacrificio al que todos estamos llamados, la vocación de la humanidad, porque debemos ser imagen de Cristo y amar como él nos ha amado. «El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí» (Mt 7, 13).
Tomar la Santa Cruz en la que se venció la muerte y el pecado, es abrazar la renuncia y donarse al amor por el prójimo, al amor incondicional, al amor verdadero, que viene del Espíritu de Dios; amor perpetuo que se manifestó con la Pasión de Cristo y su gloriosa resurrección.
La Fiesta del madero
Hacia el año 320 Elena, Emperatriz de Constantinopla junto a su hijo Constantino mandó construir la Basílica del Santo Sepulcro donde se guardaron las reliquias encontradas de la cruz, que fueron saqueadas por los Persas en el año 614 y recuperadas luego por Heraclio, Emperador que las devolvió a Jerusalén un 14 de Septiembre. Desde entonces se viene celebrando esta fiesta, que a través del tiempo ha adquirido para los cristianos un significado mayor a medida que se ha entendido el signo y su verdad.
Himno, Cruz de Cristo
Cruz de Cristo, cuyos brazos todo el mundo han acogido.
Cruz de Cristo, cuya sangre todo el mundo ha redimido.
Cruz de Cristo, luz que brilla en la noche del camino.
Cruz de Cristo, cruz del hombre, su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo, árbol de vida, vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo, altar divino de Dios Hombre en sacrificio, Amén.
(Liturgia de las horas, Exaltación de la Santa Cruz).
Entender el camino de la Cruz (Vía Crucis), es entender el camino de la vida.
En el «camino de la cruz» se hace la meditación de los momentos y sufrimientos que tuvo Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y su resurrección. Rezarlo es revivir y recordar tan grande sacrificio. Tener presente cada estación y memorial de su muerte y resurrección es entender el amor verdadero, dar la vida es la expresión máxima del amor puro que nos regaló Jesús.
Todo cristiano debe animarse a vivir abrazando esa Cruz Gloriosa que ya nos ha salvado. Por eso entender el camino recorrido debe reflejar en la vida del cristiano la propia vida y como es vivida; la cruz que lleva cada uno a cuestas es la vida misma que cada día se manifiesta para ser llevada con la alegría del sacrificio fraterno hacia el prójimo y con la humildad y entrega que lo hizo Jesucristo.
En cada una de las estaciones del Vía Crucis el cristiano puede darle el sentido a la vida y recurrir en sus oraciones a la misericordia de Dios para recibir los dones y las gracias que le harán vivir como un verdadero cristiano.
Primera Estación: Jesús sentenciado a muerte
Segunda Estación: Jesús cargado con la cruz
Tercera Estación: Jesús cae por primera vez, bajo el peso de la cruz
Cuarta Estación: Encuentro con la Virgen
Quinta Estación: El Cirineo ayuda al Señor a llevar la cruz
Sexta Estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Séptima Estación: Segunda caída en el camino de la cruz
Octava Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
Novena Estación: Jesús cae por tercera vez
Decima Estación: Jesús despojado de sus vestiduras
Décimo Primera Estación: Jesús es clavado en la cruz
Décimo Segunda Estación: Jesús muere en la cruz
Décimo Tercera Estación: Jesús en brazos de su madre
Décimo Cuarta Estación: El cadáver de Jesús puesto en el sepulcro
Décimo Quinta Estación: Jesús resucita
« ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6). Esta es la reflexión final acerca de la Santa Cruz y su significado. La resurrección es la glorificación y sentido verdadero del signo, allí se manifiesta el gran misterio de la salvación, que da la esperanza al mundo y que es resultado del amor que fue cargado y sufrido por Jesucristo hasta el Calvario. (SCMrev)
¡Santa Cruz de Jesús, Gloriosa!
Gaudium Press / Sandra Margarita Villegas
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