Carlet – Valencia (Martes, 20-09-2016, Gaudium Press) Un acontecimiento especial para la localidad de Carlet, Comunidad de Valencia, fue el que ocurrió el pasado domingo 18 de septiembre con la visita del Santo Cáliz de la Última Cena de Nuestro Señor. El Grial, venerado por años en la catedral valenciana, salió en peregrinación hasta esta población para recordar que allí permaneció oculto desde 1937 a 1939 cuando España sufría las consecuencias de la Guerra Civil.
Al acontecimiento, que contó con la presencia del Cardenal Antonio Cannizares, Arzobispo de Valencia, han acudido miles de personas quienes se congregaron en la Plaza del Convento para la celebración Eucarística que contó con la presencia de la reliquia.
Durante la homilía el purpurado elogió a los esposos Bernardo Primo y Lidia Navasquillo, por su valentía al custodiar en su hogar el Santo Cáliz ante los nefastos sucesos de la persecución religiosa. «Ellos expusieron su vida a la muerte por salvar la más preciada reliquia en la que Jesucristo nos entregó su sangre redentora». Justamente a la celebración acudieron varios de los nietos de este valiente matrimonio.
El Santo Grial de Nuestro Señor permaneció oculto de 1937 a 1939 en la localidad de Carlet. Allí fue preservado de la cruenta persecución religiosa. El hecho fue recordado con una procesión Eucarística / Foto: M. Guallart – AVAN. |
Una vez culminó la Misa, se dio paso a una solemne procesión Eucarística encabezada por el Santísimo Sacramento y la reliquia del Santo Grial, que trascurrió por las calles centrales de Carlet
El Santo Cáliz llevaba varios años sin salir de la Catedral de Valencia, la última vez que lo hizo fue en el marco de la Misa de clausura del XVI Encuentro Mundial de las Familias celebrado en la ciudad Española, que contó con la presencia del Papa Benedicto XVI quien utilizó el Grial durante la Misa de cierre del evento.
Este año, con motivo del Jubileo Eucarístico del Santo Cáliz de la Misericordia, se pensó en recordar el hecho de su ocultamiento con una peregrinación a la localidad de Carlet.
La historia del ocultamiento del Santo Cáliz comenzó el 21 de julio de 1936 cuando el entonces canónigo y archivero de la Catedral de Valencia, Elias Olmos, -ante el asalto e incendio del templo- se ve obligado a llevar la reliquia de la Última Cena a Sabina Suey, quien lleva el Santo Cáliz a la casa de su madre.
En junio de 1937 el Grial es trasladado a Carlet a la residencia de unos familiares: Bernardo Primo y Lidia Navasquillo, quienes lo ocultan tras un tabique que se construyó en el lugar. Allí permaneció hasta que culminó la Guerra Civil.
El 30 de marzo de 1939, el Santo Cáliz es entregado de nuevo al Cabildo de la Catedral valenciana.
De acuerdo con fuentes del Cabildo, «la reliquia tuvo que ser restaurada porque la copa de ágata que constituye su pieza central se había fraccionado en tres partes al despegarse el alabastro que las mantenía unidas por efecto de la humedad del lugar en que estuvo guardado en Carlet».
Con información de AVAN.
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