Toronto (Lunes, 26-09-2016, Gaudium Press) La Catedral de San Miguel en Toronto, Canadá, celebra su aniversario número 168, algo que pareció incierto en junio de 2015 y que significó un notable esfuerzo en la conservación del edificio. Durante unos trabajos de plomería, un obrero identificó una serie de sonidos dentro de uno de los pilares del templo. El aviso permitió evitar una tragedia: las columnas aparentemente sólidas en realidad estaban rematadas por una estructura de ladrillo cubierta de mármol. Con casi dos siglos de antigüedad, los ladrillos se rompieron y el techo del templo amenazaba con venirse abajo.
El renovado interior de la Catedral de San Miguel, durante los trabajos de restauración. Foto: Michael Swan. |
«Ellos activaron una alarma, una alarma real», recordó el Rector de la Catedral, P. Michael Busch, en diálogo con The Catholic Register. «Todos tuvieron que evacuar el edificio». El templo permaneció vacío mientras se evaluó la gravedad del daño en medio de la incertidumbre por un posible colapso de la estructura. La reparación requirió casi una reconstrucción del templo a fin de salvar su existencia y preservar su belleza, un esfuerzo de más de 128 millones de dólares.
La Catedral de San Miguel, un bello legado de fe y belleza en el corazón de la gran ciudad. Foto: Michael Swan. |
Los expertos tuvieron que enfrentar el desgaste de los ladrillos, la presencia de plomo en la pintura de las puertas y de asbesto en el estuco empleado en la pintura, en una serie de trabajos que cada día revelaban nuevas áreas que requerían atención. Excavaciones tuvieron que ser realizadas en los cimientos del templo y se reforzó la totalidad de la estructura. Además, se renovaron por completo los pisos, las bancas, varios vitrales e ima?enes y se pintó de azul el interior del techo y se le agregaron estrelllas como representación de los cielos en honor del estilo gótico original. Las tallas en piedra y la mampostería de la fachada fueron restauradas. Al observar los detalles de la construcción y los obstáculos técnicos superados por los constructores sin ayuda de la tecnología actual, los técnicos quedaban admirados: «¿Como hicieron esto sin láseres?», se preguntaba Vince Parolin, propietario de Art Magic, encargado de los trabajos de carpintería.
Ante el considerable gasto de la restauración, El Cardenal Collins explicó a The Catholic Register que no había alternativa real. Un trabajo mínimo de reforzamiento hubiera requerido 80 millones de dólares , pero en realidad era postergar un trabajo que tenía que realizarse. «Si usted no tiene tiempo de hacerlo bien, ¿cuando tendrá tiempo de volverlo a hacer?», cuestionó. «Cuando usted considera esto se figura: «Bueno, hagamos esto bien». Hacerlo bien significó agregar baños, ampliar el coro, acomodar más fieles en la nave y restaurar la gloria del templo. «Ha existido por 168 años. Ha sido un lugar de peregrinación por 168 años», recordó el Rector de la Catedral. «¿Cómo puede usted abandonarlo? ¿Cómo podría usted simplemente tirarlo? Uno no puede».
Con información de The Catholic Register.
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