Washington (Martes, 27-09-2016, Gaudium Press) El número de sacerdotes oficialmente designados por la Iglesia como exorcistas aumentó más de cuatro veces en los últimos diez años, según un reportaje publicado en el informativo Telegraph. Dos exorcistas, el P. Gary Thomas de la Diócesis de San José, California, y P. Vincent Lampert de la Arquidiócesis de Indianápolis explicaron a los medios los motivos por los cuales ellos consideran se ha registrado un aumento de solicitudes de exorcismo.
P. Gary Thomas. Foto: Leticia Velázquez / CatholicMom |
El P. Lampert aclaró que el aumento de la carga de trabajo de los exorcistas no surge de una exigencia por parte de los Obispos, sino de las peticiones espontáneas de la gente en medio de una cultura cada vez más alejada de Dios. «Estamos ganando todo tipo de conocimientos pero aún hay un vacío dentro nuestro que está siendo llenado con comportamientos adictivos como las drogas o la pornografía», explicó el sacerdote. «Hay un pasaje del Antiguo Testamento que dice que cuando uno crece en conocimiento también crece en desesperanza. El declive de la fe va de la mano con el aumento del mal».
Las personas que consultan a los exorcistas sufren casos muy complicados en los cuales «llevan sufriendo largo tiempo» y frecuentemente ya han buscado ayuda psicológica y psiquiátrica sin ninguna mejoría, comentó el P. Thomas. «Algunas veces ellos tienen en realidad un problema demoníaco». Este sacerdote ha llevado de 50 a 60 ritos de exorcismo en los últimos años y se apoya en expertos en medicina, psicología y psiquiatría (quienes deben ser católicos y creer como tales en la existencia del demonio), además de otros miembros de un equipo de discernimiento y un grupo de oración. Los casos más frecuentes no se tratan de posesiones completas, sino de personas que padecen varios niveles de opresión preternatural.
El P. Lambert afirmó por su parte que cerca de la mitad de las llamadas que recibe son de personas no católicas y que la acción del demonio sobre la vida de las personas es producto de abrir la puerta al mal. «El recurso a actividades paganas puede crear una situación en la cual el mal sea invitado», advirtió. «La religión es vista como obsoleta y no muy emocionante. Entonces el mal puede ser invitado directa o indirectamente. Muchas personas me han contactado y me han dicho algo como: ‘Estábamos jugando con una tabla Ouija y de repente un amigo comenzó a hablar en una lengua extraña que no entendíamos. Y entonces comenzaron a pasar cosas extrañas'». Prácticas como la lectura de cartas, el recurso a mediums, la hechicería y el culto al demonio figuran entre las actividades más vinculadas con las posesiones e infestaciones.
Contrario a la imagen popular derivada de películas y obras de ficción, el P. Lambert explicó que el sacerdote exorcista no es un tipo de figura mágica, sino ante todo un pastor que busca «ayudar a la persona afligida a retomar un camino espiritual normal y cultivar una relación con Dios». Esto incluye a quienes creen padecer un problema espiritual que en realidad tiene otras causas y necesitan otro tipo de ayuda. «El exorcismo debería ser siempre visto en la perspectiva más amplia del cuidado pastoral general».
Con información de Aleteia y Telegraph.
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