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Madrid (Viernes, 30-09-2016, Gaudium Press) La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española emitió una declaración de acción de gracias a Dios por la próxima canonización de Beato Manuel González García en la cual exalta las virtudes del próximo Santo y la actualidad de su mensaje. «La vida y obra del nuevo Santo Obispo español, centradas en la Eucaristía, constituyen un modelo para la Iglesia y para nuestro tiempo, tan necesitados de espíritu contemplativo, de entregada actividad caritativa y de volver a la mesa eucarística donde Cristo se hace presencia cercana y Pan vivo que alimenta y fortalece», afirmaron.
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| San Manuel González García. Foto: Catholik Blog. |
El Obispo de Málaga y luego Palencia dejó un notable legado en fundaciones y obras escritas, que los Obispos destacaron como hechas «con el gracejo y sabiduría de un excepcional párroco y catequista», que manifiestan el llamado «una fuerte vida eucarística» en la cual tiene una gran importancia la participación en la Eucaristía, las obras de misericordia y la relación personal con la Presencia Real de Cristo en el Sagrario, «una presencia de Amor no siempre correspondido».
El más abandonado de todos
Los prelados recordaron la experiencia mística del próximo Santo ante el Sagrario, en la cual vio a Jesucristo «tan callado, tan paciente, tan bueno, que me miraba… que me decía mucho y me pedía más, una mirada en la que se reflejaba todo lo triste del Evangelio… La mirada de Jesucristo en esos sagrarios es una mirada que se clava en el alma y no se olvida nunca», según sus propias palabras. Siendo párroco de Huelva y mientras desarrolló obras de caridad como la apertura de varias escuelas comenzó a pedir ayudas para «el más abandonado de todos los pobres: el Santísimo Sacramento», reservado en Sagrarios víctimas del abandono.
Tras ser nombrado Obispo de Málaga en 1920, Don Manuel fundó la Unión Eucarística Reparadora, de carácter seglar y la congregación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, además de la revista El Granito de Arena, «con un especial acento en la propagación del amor a la Eucaristía», recordaron los Obispos. El próximo Santo tuvo que dejar Málaga a causa de la persecución religiosa y fue nombrado Obispo de Palencia en 1935, donde sirvió hasta su muerte, donde según su deseo fue sepultado en la Capilla del Sagrario. «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!», reza la inscripción sobre su tumba.
«Ochenta y seis años después de su muerte, la vida y mensaje del nuevo Santo español recobran actualidad», expresaron los Obispos. «Siempre cerca de Cristo-Eucaristía, nos ayuda a descubrir, en contraste con los olvidos humanos, las palabras y latidos más profundos de la misericordia divina y nos señala insistentemente al Santísimo Sacramento, que como dice el Vaticano II, es fuente y cumbre de toda vida cristiana».
Los prelados expresaron su deseo de que la canonización anime a los creyentes de España «a una verdadera y frecuente adoración del Señor en el sacramento de la Eucaristía, así como a una mayor vivencia personal y comunitaria del Domingo y a cuidar con esmero la reserva del Santísimo Sacramento. Esto nos ayudará a avanzar en el camino de la santidad y de la misericordia, y a generar una verdadera cultura del encuentro y la compasión en nuestro mundo mediante el testimonio cristiano de la caridad».
Con información de Conferencia Episcopal Española.
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