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Tbilisi – Georgia (Lunes, 03-10-2016, Gaudium Press) Después de un vuelo que duró cuatro horas, el Papa Francisco llegó a Georgia alrededor de las 15:00 horas del viernes, horario local.
El Papa fue recibido en el aeropuerto internacional de Tbilissi por el presidente de la República, Guiorgui Margvelachvili, y por Ilia II, de la iglesia ortodoxa. El Pontífice recibió las honras militares de acuerdo con el protocolo previsto.
En seguida el Papa se encontró, en el Palacio Presidencial, con el jefe de Estado, con autoridades civiles y el Cuerpo Diplomático.
Palabras del Papa
En discurso, el Papa destacó la identidad europea de Georgia que se sitúa en el Cáucaso y que es considerada como un «puente natural» para Asia y que, por eso mismo, a lo largo de la historia, ha sido un punto de «encuentro e intercambio vital» entre culturas y civilizaciones.
Hablando en el Palacio Presidencial, en su primer discurso en suelo georgiano, el Papa subrayó que este es un «país a pleno título y de modo fecundo y peculiar en el lecho de la civilización europea».
Francisco además afirmó: «Cualquier distinción de carácter étnico, lingüístico, político o religioso, lejos de ser utilizada como pretexto para transformar las divergencias en conflictos y estos en tragedias sin fin, puede y debe ser, para todos, fuente de enriquecimiento recíproco en beneficio del bien común».
El Papa continuó su discurso denunciando «extremismos violentos» que manipulan principios de naturaleza civil y religiosa, «poniéndolos al servicio de oscuros designios de dominio y muerte». Y recordó también la situación de los refugiados y migrantes, pidiendo que todos tengan la «posibilidad de vivir en paz en su tierra o de regresar a ella libremente».
El Pontífice elogió la presencia cristiana desde el inicio del siglo IV, en este territorio, así como los «grandes sacrificios» que los georgianos hicieron para recuperar su independencia, hace 25 años, después de la caída de la URSS.
Él deseó una «coexistencia pacífica» entre todos los pueblos y Estados de la región, antes de referir a las «buenas relaciones» que Georgia «siempre mantuvo con la Santa Sede», con votos de un «diálogo renovado y más intenso». (JSG)
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