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Madrid (Jueves, 27-10-2016, Gaudium Press) Las procesiones eucarísticas hacen parte importante de la vida de la Iglesia en España a lo largo de la historia. Inicialmente estaban ligadas directamente con la solemnidad de Corpus Christi, pero progresivamente fueron incorporadas a muchas celebraciones en las cuales el Santísimo Sacramento recorría las calles de las ciudades y los pueblos y era llevado también en procesión al interior de la Catedral dentro de los conventos y los monasterios. Desde el siglo XIII comienza el surgimiento de las cofradías sacramentales, las cuales fomentaban el culto a la Eucaristía: uno de sus legados más preciosos son las custodias procesionales.
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| Custodia procesional de la Catedral de Toledo. Foto: Miguel Hermoso Cuesta |
A diferencia de las custodias que normalmente se pueden encontrar en las parroquias y que hacen parte del culto divino cotidiano a la Eucaristía, las custodias procesionales o custodias de asiento son notables piezas de orfebrería en forma de Torre en las cuales se ubica una custodia convencional para ser llevada en procesión. Algunas de estas piezas tienen una altura superior a los 3 metros.
España cuenta con un auténtico tesoro de custodias procesionales. Entre ellas se destacan la de Toledo, una auténtica obra maestra de arte sacro construida entre los años 1517 y 1524 por Juan de Arfe, elaborada originalmente en plata y recubierta en dorado más adelante. Cada una de las regiones cuenta con una custodia notable como es el caso de la ciudad de Madrid, cuya custodia es llevada en procesión por las calles de la ciudad en Corpus Christi y cuya historia data de 1574. El artista sacro que la construyó fue Francisco Álvarez y su un encargo no realizado por la Iglesia, sino por el Consejo de la Villa, por lo cual es conservada en el Ayuntamiento.
La Archicofradía Sacramental de San justo elaboró una notable custodia que se conserva en el Museo Catedral de la Almudena de Madrid. Esta custodia fue la que estuvo en la capilla del santísimo durante la visita papal de San Juan Pablo Segundo en el año de 1993, cuando se dedicó la catedral. Otra muy notable es la de la Catedral del Salvador de Zaragoza, elaborada en plata por Pedro Lamaison entre 1537 y 1541, la cual cuenta con modelos del escultor Damián Forment.
La devoción fomentada por las cofradías sacramentales tuvo otros frutos notables como la amplia devoción de las 40 horas y procesiones eucarísticas notables el tercer domingo de cada mes. Como fruto de esta devoción, también se extendió el uso de los Sagrarios, la elaboración de custodias de mano y otras piezas de arte sacro que pasarían a ser empleadas en todas las procesiones realizadas en parroquias monasterios y distritos.
Con información de Alfa y Omega
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