Redacción (Jueves, 27-10-2016, Gaudium Press) Bien es sabido que María Auxiliadora es la patrona de la Familia Salesiana. Pero la Madre de Dios en su advocación de «Auxilio de los Cristiano» también ejerce el patronazgo del Agro de Argentina. Por esta razón esta semana el país austral conmemoró de manera especial a la Madre de Dios.
El 27 de octubre de 1949 el Poder Ejecutivo Nacional de Argentina estableció mediante decreto que María Auxiliadora fuese la patrona del Agro del país austral / Foto: Gaudium Press. |
La celebración ocurrió en el 68º aniversario de la declaración de su patronazgo por parte del Gobierno Nacional. Hecho que ocurrió el 27 de octubre de 1949 mediante el decreto 26.888 del Poder Ejecutivo, con el que se estableció que María Auxiliadora fuese Patrona del Agro, en respuesta a una solicitud que realizaron los agricultores de Rosario y llevó la firma den entonces presidente de Argentina, General Juan Domingo Perón. El decreto también contó con la firma del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación.
La declaración también fue entendida en aquella ocasión como un reconocimiento a los Salesianos quienes crearon las primeras escuelas agrícolas del país, entre ellas la Escuela Agrotécnica Salesiana Estancia San Ambrosio en Córdoba; el Instituto Agrícola Ganadero de Uribelarrea en Buenos Aires; la Escuela Agrotécnica Salesiana Pascual Gentilini en Misiones; y la Escuela de Enología de Rodeo del Medio de Mendoza, que hoy es una universidad, además de otras instituciones.
«La educación de los jóvenes del campo fue siempre una de las características de la presencia de Don Bosco en la Argentina», subrayan los salesianos.
En homenaje a la Patrona del Agro, también se le dedicó esta oración:
María Auxiliadora, patrona del agro argentino, escucha nuestra oración e intercede por nosotros. Recíbenos, así como somos. Mira nuestros corazones, recibe nuestros sueños y proyectos. Auxílianos, en nuestros problemas cotidianos, en nuestras debilidades y deficiencias, en nuestras crisis y faltas personales, familiares y sociales.
Danos una fe fuerte y firme, como la tuya, para que vivamos como buenos cristianos y honrados ciudadanos, para que busquemos siempre el bien común de todos, para que con nuestro trabajo hagamos un mundo más humano, y así podamos vivir eso de «dominar la tierra», que más bien es «vivir respetándola».
Danos un corazón sensible y generoso, para no estar indiferentes ante las injusticias, las posibilidades para pocos, el maltrato a las personas y a la naturaleza. Que, como Don Bosco, todos sintamos que Tú eres nuestra Madre, que nos guardas en el corazón, que nos tomas de la mano, y nos conduces a la Casa del Padre, que nos espera. Amén.
Con información de AICA y Diario La Palabra.
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