Obispos de Polonia preparan Acto de Aceptación de Jesucristo como Rey y Señor

Cracovia (Viernes, 28-10-2016, Gaudium Press) El próximo 19 de noviembre, la Iglesia en Polonia celebrará un solemne Acto de Aceptación de Jesucristo como Rey y Señor, una entronización nacional que se presenta como una extensión de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús. El Presidente del Comité de Entronización, Mons. Andrzej Czaja, explicó a la agencia KAI que se trata de un reconocimiento del poder real de Jesús, una solemne proclamación de la fe, lo cual constituye el primer paso para la maduración espiritual.

Cristo, Rey del Universo. Sainte Chapelle, Paris, Francia. Foto: Fr. Lawrence, OP.

El acto de aceptación realizado por los Obispos es «un paso significativo en el proceso de restaurar el lugar que le corresponde a Jesús en nuestra vida personal, profesional y social», indicó el prelado. La celebración en el Santuario de Lagiewniki será además la clausura del Jubileo de la Misericordia en el país, en el cual se confía a la Divina Misericordia todo el país.

«El objetivo principal del acto de reconocimiento es el reinado de fe de Jesús, la entrega y confianza de la vida personal, la familia y la nación en todas sus dimensiones y su configuración de acuerdo a la ley de Dios», expresaron los Obispos. «En nuestra vida a veces se da un tipo de destronamiento de Jesús, privándole el lugar de culto debido a Él , la posibilidad de su impacto en nuestras vidas y en nuestro comportamiento». Este alejamiento de Dios es para los Obispos la causa de la crisis de la civilización europea, cuya superación será fundamentalmente espiritual.

Los prelados explicaron que el sentido de la entronización no es dar a Cristo un trono o unas facultades que no tenga, ya que Él es Rey de Reyes y Señor de Señores, sino realizar la tarea de reconocer y aplicar esta realidad a través del reconocimiento de su dignidad real y su autoridad a través de toda la vida y la conducta. A través de la sumisión voluntaria a la ley de Dios, los cristianos realizan un acto de fe, de justicia – dando a Cristo el lugar que le es debido – y de obediencia como respuesta a su amor. Más allá del gesto formal y externo, el Acto de Aceptación debe ser una actitud espiritual.

Con información de KAI.