Vila Real – Portugal (Lunes, 31-10-2016, Gaudium Press) La Diócesis de Vila Real anunció que en el año pastoral que comprende 2016-2017 será dada una atención especial para la pastoral familiar.
El Obispo Mons. Amândio Tomás, afirma que existe la necesidad de una «renovación» para enfrentar los desafíos que hoy surgieron para la Iglesia Católica en estos campos.
Familia: presa del egoísmo y laicismo
En el Plan Pastoral que fue publicado y que tiene como tema «Familia, santuario de la fe», el obispo de Vila Real destaca una sociedad donde «el eclipse de Dios y la corrupción minan la familia, presa del egoísmo y laicismo».
Para él, faltan hoy a la familia «ardor, fidelidad, sacrificio, referencias», valores que anteriormente brotaban de la fe que ahora más parece mera «praxis social». Falta también compromiso cristiano. Y esto es visible «en la fuga e indiferencia» para con la Iglesia, «después del Crisma» y también «en la falta de vocaciones, de amor y de empeño conyugal».
Mala formación, miedo: minan el matrimonio
«El miedo del compromiso definitivo mina el matrimonio cristiano, produce las uniones de hecho, el divorcio, el aborto, el hedonismo y dramas familiares, la apatía y silencio de los pastores», destaca el prelado. Y es por eso que Mons. Amândio, subraya la importancia urgente de una pastoral familiar donde los laicos y las familias luchen, no huyan de sus responsabilidades cristianas, nacidas en el bautismo.
Contratestimonio, mal ejemplo
El deseo es que esta pastoral consiga dar verdaderamente sentido a figuras y funciones que actualmente más parecen preceptos vacíos y sin sentido.
Mons. Amândio Tomás da como ejemplo las figuras de los padrinos que «antes ayudaban en la iniciación cristiana, los adultos para el bautismo, y con los padres eran catequistas de los niños con el ejemplo de vida.
«Hoy, son contratestimonio, dan mal ejemplo. Los adolescentes aguantan la Catequesis, para obtener el crisma, diploma, ser Padrinos, ‘desobligados’. El testimonio cristiano, que llevaba al martirio, es raro. Los padrinos son irrelevantes, en el bautismo y crisma, pero cambiar hábitos y mentalidad no es fácil», lamenta el obispo.
Renovación en la pastoral de la familia
Antes de detallar cómo será la renovación que desea para su diócesis, el Obispo además describe la situación de los catequistas, entre los cuales «hay no practicantes, gente sin fe y sin vida digna».
«La catequesis, sin el ejemplo de padres y catequistas, es más escuela de nociones y saberes. Falta catecumenado, vivencia y testimonio de fe y una pasión por Cristo», agrega.
Para ayudar en esta renovación en la pastoral de la familia, que tiene consecuencias en todos los sectores de la Iglesia Católica, Mons. Amândio Tomás pretende crear un Secretariado de la Familia y un Consejo Diocesano de Pastoral.
Padrinos, acompañamiento, vida familiar
El Prelado habla de otros desafíos, los describe y sugiere soluciones:
Sobre la cuestión de los padrinos, él defiende la importancia de «no administrar sacramentos sin instrucción y catequesis previa» y revela que «pedirá que se trate del tema en la Conferencia Episcopal Portuguesa en orden a una práctica común en todas las diócesis».
El Obispo de Vila Real enfatiza la necesidad prioritaria de un mayor «acompañamiento» de la Iglesia Católica en la «vida familiar», de las «parejas, adolescentes, enamorados y novios», en este caso, da importancia total al «curso de preparación para el matrimonio», que necesita ser realizado con más profundidad, sin descaso.
Ayudar a los jóvenes con referencias
«Ayudemos a los jóvenes, pobres de afecto, doctrina y buenas costumbres, a apreciar la belleza del amor, entre marido y mujer, que se dan y reciben, en don exclusivo y fiel (…) Precisamos de referencias que digan que el amor fiel es posible y admirable», escribe el obispo.
Mons. Amândio Tomás espera que este tiempo ayude a las comunidades cristianas a tomar más «consciencia» de su pertenencia a la Iglesia, pues a veces la fe se resume a «devociones y promesas y la religiosidad, sin Dios y sin el fermento del Evangelio».
«Las personas viven para sí, egoístas y propensas a actuar, individualmente, haciendo de la fe bienes de supermercado, en que se escoge lo agradable y se rechaza lo que cuesta y vale», lamenta.
Logotipo
El logotipo del año pastoral, pretende valorizar «la identidad» de la familia constituida por un padre, una madre y por los hijos «en unión».
«Su arquitectura gráfica expresa la unión matrimonial de la pareja que se toma las manos y dibuja la cúpula de un santuario que abriga y protege a sus hijos; los colores manifiestan la identidad y diversidad de cada uno y el amarillo de las cabezas simboliza la comunión familiar», explica la publicación. (JSG)
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