Valencia (Lunes, 31-10-2016, Gaudium Press) Un llamado a dar a conocer el amor de Dios a todas aquellas personas que aún no lo conocen es el que ha hecho el Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, en su más reciente carta semanal. Bajo el título «Por una diócesis vivamente misionera», el purpurado ha recordado a los fieles de sus diócesis el llamado a la misión que tiene todo bautizado.
«La misión universal nos apremia cada vez más. No nos puede dejar indiferentes el saber que millones de hombres, redimidos, como nosotros, por la sangre de Cristo, viven todavía sin conocer a fondo el amor de Dios. Ningún creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir el deber supremo de anunciar a Cristo a todos los pueblos. Dos terceras partes de la humanidad no conocen todavía a Cristo y tienen necesidad de Él y de su mensaje de salvación», escribe el Arzobispo citando palabras de San Juan Pablo II.
«No hay misión sin contemplación, sin oración»: Cardenal Cañizares / Foto: Archidiócesis de Valencia. |
Señala que los cristianos en la medida que se siente amados por Dios, «no pueden silenciar esa experiencia y se sienten enviados al mundo para testificar este amor y hacer partícipes de Él a los demás hombres, en solidaridad con los sufrimientos de los más pobres y necesitados». En este sentido -prosigue-, «el Señor nos llama a salir de nosotros mismos y a compartir con los que no lo han recibido aún este don inefable del amor con que Dios nos ama».
Refiriéndose a la Jornada Mundial de las Misiones (Domund), celebrada el pasado 23 de octubre, el Cardenal destaca que la misión «es la dicha y la identidad más profunda de la Iglesia», puesto que se cumple el mandato del Señor de salir al mundo a anunciar el Evangelio.
«En esa Jornada misionera del Domund, en la que renovamos nuestra conciencia del apremio que la Iglesia misionera tiene por las misiones entre los pueblos más pobres, me dirigía, desde la Catedral como Obispo, a toda la diócesis de Valencia para pedirle ‘¡Iglesia en Valencia, sé tú misma!; tienes como dicha y gloria más propia el ser misionera; aviva tu conciencia misionera, tus raíces apostólicas; siéntete enviada a anunciar el Evangelio; vive el drama de los pueblos y multitudes que no conocen todavía a Cristo y siéntete y está dispuesta a ir a cualquier parte del mundo'», recuerda.
Dice también que la fe se mantiene dándola, por lo que «cuanto más misionera sea nuestra diócesis, más firme y viva se mantendrá la fe que la anima. La generosidad misionera es garantía de fecundidad y vitalidad eclesial».
En este sentido, el Cardenal Cañizares hace un llamado a toda la comunidad diocesana, de modo especial a los sacerdotes, a dirigir la atención misionera hacia «aquellos lugares y ámbitos que todavía están fuera del influjo evangélico».
«Una diócesis que pierde o que no tiene fuerza misionera languidece y se anquilosa», añade.
Luego llamó a imitar a Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones: «Ella es, en efecto, la más misionera que se ha conocido en la Iglesia desde san Pablo. Ella es, en efecto, maestra del anuncio de la primera y de la nueva evangelización que empieza por el anuncio gozoso del amor misericordioso y universal de Dios para todos sus hijos, al que ella misma se ofreció como víctima de holocausto (…) Esa es su vocación. Ese es el lugar que ella quiere ocupar en la Iglesia, el del amor (…) Santa Teresita ha comprendido que el Amor encierra todas las vocaciones, que el Amor es todo, que abraza todos los tiempos y todos los lugares».
Finamente, recuerda que no hay misión sin oración: «No hay misión sin contemplación, sin oración. Como los primeros cristianos permanezcamos asiduos en la oración para que el Señor envié su Espíritu Santo que impulse con fuerza incontenible a la misión (…) Que como Teresa del Niño Jesús o Teresa de Calcuta hagamos de la oración un medio indispensable para la revitalización y la fuerza misionera y para el aliento de los que toman parte en los duros trabajos del Evangelio en tierras de misión».
Con información de Paraula.
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