Ciudad de México (Miércoles, 16-09-2009, Gaudium Press) Quien ha pecado no puede caer en la desesperación, afirmó el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de la Ciudad de México, en la homilía de la última misa dominical celebrada en la catedral de esa ciudad. Así, «Jesús nos ha revelado el amor misericordioso de Dios nuestro Padre y nos invita a rehacer el tejido social ayudando a recobrar el sentido de culpa y motivando a la conversión y arrepentimiento».
«Él se alegra cuando nos encuentra o nos dejamos encontrar, cuando nos arrepentimos y nos ve sentados en su mesa», afirmó el purpurado recordando a los presentes la parábola del Hijo Pródigo.
Entretanto, el Cardenal advirtió el peligro que representa la pérdida de la «conciencia del pecado», la cual obstruye el valor fundamental de la convivencia humana, y puede conducir graves tragedias sociales. El hombre moderno puede hacerse «insensible ante los valores eternos, ante la ley de Dios. [Ello] no es un adelanto moderno sino una falla terrible que puede llevar a mayores tragedias», expresó.
«Este es un síntoma muy alarmante -dijo el Cardenal Rivera-, porque así como el dolor corporal es una reacción para alertarnos que algo anda mal en el organismo, así el dolor espiritual, el arrepentimiento es una réplica de la conciencia para alertarnos que algo anda mal en nuestra alma, en nuestro espíritu».
Durante la eucaristía se rindieron honores a la bandera nacional mexicana y se entonó el Himno nacional, en una catedral que ya luce preparada para la celebración del 199º aniversario de la lucha de independencia en México.
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