Redacción (Martes, 01-11-2016, Gaudium Press) Filipinas, uno de los países con mayor devoción al Santo Niño y a Nuestra Señora, muy pronto contará con una parroquia dedicada a Nuestra Señora de Luján, Patrona de Argentina. Según informó la agencia AICA, gracias a los misioneros argentinos del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), quienes se hallan en varios países, el templo se edificará en un barrio de la populosa ciudad filipina de Kalookan.
El Padre Luis Zapata, quien hasta hace poco era provincial del IVE en Argentina y ahora es misionero en Filipinas, ha informado que el Obispo de Kalookan, Mons. Pablo Virgilio S. David, ha decidido erigir la parroquia bajo la advocación de la Virgen de Luján.
Kalookan, es una de las ciudades y municipios que componen lo que se conoce como la Gran Manila, que es el conjunto urbano que compone la capital de Filipinas. Se sitúa al norte de Manila, y es la tercera ciudad más poblada del país, con 1.200.000 católicos de las 1.500.000 personas que componen toda la población, por lo que es muy significativo que la devoción a la Patrona de Argentina llegue hasta esta ciudad.
Esta no es la primera vez que la Virgen de Luján sale de las fronteras argentinas, Nuestra Sennora también es patrona del país asiático de Tayikistán, prenominantemente musulmán.
Nuestra Señora de Luján, Patrona de Argentina / Foto: Gaudium Press. |
Miles de enfermos peregrinan a Luján
Precisamente, el pasado 29 de octubre la Basílica de Nuestra Señora de Luján acogió la tradicional Peregrinación de Enfermos con la participación de 2 mil personas procedentes de hospitales y hogares geriátricos de toda Argentina.
El epicentro de la jornada fue la Eucaristía que presidió el Arzobispo de Mercedes-Luján, Mons. Augustín Radrizzani, SDB, quien estuvo acompañado por 10 sacerdotes.
Durante la homilía el prelado habló sobre el significado de la cruz y oró tomando palabras de Santa Teresa de Ávila: «Señor, tu premias con la cruz a tus mejores amigos, es por esto que tienes tan pocos amigos».
Mons. Radrizzani, también tomó palabras del Santo Cura Brochero, quien fue también testimonio de santidad en la enfermedad. «Cura Brochero, y recordó las cartas que el sacerdote escribía durante su enfermedad: «Es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios Nuestro Señor en desocuparme por completo de la vida activa y dejarme con la vida pasiva; quiero decir que Dios me da la ocupación de buscar mi último fin y de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo», decía el cura gaucho.
Con información de AICA.
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