Manaos – Amazonas (Miércoles, 02-11-2016, Gaudium Press) Mons. Mario Pasqualotto, obispo Emérito de Manaos, presidió la solemnidad de ordenación diaconal de Ruzeval Rodrigues Cardoso, el más nuevo diácono permanente de la Arquidiócesis.
La ceremonia ocurrió el último domingo, 30 de octubre, en la Catedral Nuestra Señora de la Concepción y contó con la presencia de familiares y amigos de Ruzeval que vinieron a participar de este momento importante en la caminata religiosa del nuevo diácono.
Ya al inicio de la celebración, hubo la entrada de la Imagen de Nuestra Señora del Carmen, Patrona de la parroquia donde el nuevo diácono ejerce su misión.
Después de la procesión de entrada de la Imagen de la Virgen Santísima, la misa prosiguió normalmente. El Padre Sadi Cordeiro, párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, presentó Ruzeval a la orden del diaconato y a Mons. Mario Pasqualotto para iniciar el rito de ordenación diaconal, que es marcado por la postración del candidato.
En seguida, ocurrió la oración consagratoria de ordenación, realizada con la imposición de manos del obispo; la entrega de las vestiduras diaconales, realizada por los miembros de la familia; del libro del Evangelio; y la acogida en el presbiterio, con el ósculo de la paz, gesto con el cual el obispo emérito y el clero presente acogieron el nuevo diácono.
«El Diácono tiene que ser misionero, ayudar a las personas a aproximarse a Jesús, ayudar a la comunidad, cautivar los hermanos y vivir una vida de comunión, pues solo Jesús puede transformar nuestra vida y llevarnos a la conversión. Hoy nosotros queremos pedir por nuestro hermano Ruzeval y todos los demás que están aquí presentes que podamos experimentar la alegría de estar con el Señor y tener una fe igual a la de Zaqueo, que hizo todo el sacrificio y todo lo que estuvo a su alcance, para tener un encuentro verdadero con Jesús», comentó Mons. Mario Pasqualotto, en su homilía.
Al final de la celebración, Ruzeval presentó a su familia a la comunidad e hizo sus agradecimientos. «Agradezco a todos los hermanos y hermanas que están aquí hoy y a los que intercedieron por mí durante toda mi caminata. Pido la oración de ustedes para que todos nosotros podamos siempre ser conducidos y orientados por la mano de Dios. Agradezco también a mi familia, mi madre, mi esposa y mis hijos que siempre me apoyaron», dijo. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Manaos
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