Toledo (Lunes, 07-11-2016, Gaudium Press) Al ser anunciado en días recientes de D. Juan Miguel Ferrer Grenesche como nuevo Deán de la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo, Mons. Juan Sánchez Rodríguez cesará en ese servicio, que ha prestado a la iglesia diocesana durante casi diez años. En amplios sectores, se ha destacado la labor como Deán de D. Juan Sánchez, un hombre cordial que ha tendido puentes con los más diversos sectores de la comunidad toledana y con un gran dinamismo, y a cuyo trabajo se deben muchas de las iniciativas llevadas a cabo por parte del Cabildo Primado y en unión con éste.
Con su habitual sencillez, Mons. Sánchez Rodríguez responde unas rápidas preguntas sobre su gestión, su vida y su sucesor.
¿Qué balance hace de sus años como Deán de la Catedral Primada?
Muy positivo. Primero por los Arzobispos con quienes he trabajado y el Cabildo que me ha aportado experiencia, colaboración y una gran ayuda. Segundo, porque hemos podido hacer un servicio a la Iglesia y a la ciudad de Toledo con mucho ánimo y dedicación.
¿Cuál es el mejor recuerdo que se lleva de este período que terminará al tomar posesión D. Juan Miguel Ferrer?
El mejor recuerdo, hum… son muchos. Pero destacaría el haber leído el decreto del Santo Padre en la Beatificación del Cardenal Sancha. Fue algo que me emocionó muchísimo.
Y otro momento memorable fue sin duda alguna, la restauración de la Custodia de la Catedral; amén de otros momentos muy entrañables, como la creación del museo de tapices y la remodelación de la Sacristía con el Expolio. De igual manera la recepción de D. Braulio como arzobispo en el atrio de la catedral, dándole a besar el ‘Lignum Crucis’ y también como no, presentar los candidatos a ser ordenados sacerdotes y diáconos, en muchas ocasiones, por la sencilla razón que ellos son el futuro de la Iglesia toledana.
De vida anterior al servicio como Deán destacaría la creación de un albergue para marginados en un barrio periférico de Talavera, y también mi labor como administrador general de la diócesis (ecónomo) desde donde durante 18 años pude palpar las necesidades de todas las parroquias y ayudar a los sacerdotes en la medida de las posibilidades. También como delegado de Caritas durante seis años, labor muy grata para el sacerdote.
¿Qué cualidades destacaría del nuevo Deán Mons. Ferrer, cuyo nombramiento ha sido anunciado hoy?
Se trata de un sacerdote muy culto, muy bien preparado y muy fiel a la disciplina del Arzobispo y del Cabildo y con una gran experiencia de gobierno. Por lo tanto creo hará una gran labor en la Catedral Primada como Deán. Para lo cual, cuenta desde ya, con mis oraciones y con mi ayuda fraterna por supuesto. Le deseo que realice un servicio mucho mejor que el que yo he prestado, pues así la catedral irá de mejor en mejor.
¿Cuál será de ahora en adelante su actividad principal?
La de seguir siendo canónigo, continuar como capellán del Hospital Quirón- Salud-Toledo (antiguo Tres Culturas), así como seguir atendiendo a varias comunidades religiosas en la formación y también como confesor de las mismas, y cualquier otra actividad que el Señor Arzobispo me encomiende. Gracias a Dios, a mis ochenta y un años, tengo buena salud, lo que me permite seguir siendo un instrumento del trabajo pastoral en la viña del Señor, y en concreto en nuestra archidiócesis primada. Pero qué duda cabe, que a esta edad, y siempre, pero más a esta edad, es necesario utilizar mucho tiempo en la Adoración y en la Oración como preparación para el encuentro amoroso y definitivo con el Señor, Padre de la Misericordia.
Permíteme que desde aquí, haga un reconocimiento y un agradecimiento en primer lugar a los Arzobispos Pla y Deniel, Tarancón, Don Marcelo y Don Francisco.
A los dos Arzobispos con quienes con quienes he colaborado como Deán, Don Braulio y el Cardenal D. Antonio Cañizares, a mi predecesor D. Santiago Calvo, a mis compañeros de Cabildo, dos de los cuales elevados al Episcopado, mi paisano D. Ángel Rubio Castro y D. Ángel Fernández Collado, a todos los canónigos que me han ayudado en mi labor, a las religiosas Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote, a la Cofradía de la Esclavitud a la Virgen del Sagrario y a los trabajadores de la Catedral. Y no me olvido de las autoridades autonómicas y municipales con las que he tenido una relación de estrecha y leal colaboración. Sin la ayuda de todos, no hubiera podido realizar este servicio.
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