Redacción (Miércoles, 09-11-2016, Gaudium Press) El próximo 20 de noviembre el Papa Francisco clausurará el Año Santo de la Misericordia al cerrar la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro. Lo mismo harán las iglesias particulares alrededor del mundo el próximo 13 de noviembre, cuando den por terminado este tiempo especial de gracia que ha llevado también consigo la referencia de la Indulgencia, que aún es posible ganar … pero quedan pocos días para hacerlo.
La Puerta Santa de la Misericordia de las Iglesias particulares será cerrada el próximo 13 de noviembre. En la Basílica de San Pedro, será el día 20 / Foto: Diócesis de Mar de Plata. |
Solo es necesario seguir unos pasos, que compartimos a continuación:
- Peregrinar a la Catedral o a un santuario jubilar y entrar por la Puerta Santa de la Misericordia.
- Acudir al Sacramento de la Confesión con el firme propósito de no pecar más, ni siquiera venialmente. Se recomienda confesarse unos días antes de la peregrinación al templo jubilar. También es posible recibir el sacramento en la Catedral o santuario escogido para ganar el jubileo.
- Participar de la celebración Eucarística en la iglesia jubilar y recibir la Comunión.
- Rezar el Credo.
- Ofrecer la peregrinación, y la Santa Misa por la persona e intenciones del Santo Padre.
- Realizar una obra de misericordia.
Se recomienda recibir el Sacramento de la Reconciliación unos días antes de peregrinar al templo jubilar / Foto: Gaudium Press. |
«El perdón de Dios no conoce límites»: Papa Francisco
El propio Papa Francisco al convocar el Jubileo Extraordinario de la Misericordia en la Bula «Misericordiae Vultus», recordó que el tiempo jubilar lleva consigo el signo de la Indulgencia señalando: «En el Año Santo de la Misericordia ella adquiere una relevancia particular. El perdón de Dios por nuestros pecados no conoce límites. En la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios hace evidente este amor que es capaz incluso de destruir el pecado de los hombres. Dejarse reconciliar con Dios es posible por medio del misterio pascual y de la mediación de la Iglesia. Así entonces, Dios está siempre disponible al perdón y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada».
El Papa también afirmó que «vivir entonces la indulgencia en el Año Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente», ya que la Indulgencia «es experimentar la santidad de la Iglesia que participa a todos de los beneficios de la redención de Cristo, para que el perdón sea extendido hasta las extremas consecuencias a la cual llega el amor de Dios».
En este sentido Francisco exhortó a vivir «intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la dispensación de su indulgencia misericordiosa».
De la redacción de Gaudium Press, con información de Vatican.va y Opus Dei.
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