Fátima – Portugal (Viernes, 11-11-2016, Gaudium Press) «Nosotros todavía vemos el sacerdocio e incluso las vocaciones sacerdotales como una necesidad, a veces como un problema, algo que no nos lleva a ninguna parte». Son palabras de Mons. Virgílio Antunes, en entrevista concedida, en Fátima, a la Agencia Ecclesia, en el transcurso de la Semana de los Seminarios que está siendo realizada en Portugal.
Mons. Virgílio Antunes, presidente de la Comisión Episcopal de las Vocaciones y Ministerios de la Conferencia Episcopal Portuguesa, afirmó que la Iglesia Católica debe mostrar el sacerdocio no como una «necesidad» o «problema», sino como un «don para los otros», y como fruto de la «misericordia de Dios».
Él aseguró en sus declaraciones que, sobre la cuestión de la promoción vocacional, existe una necesidad de la Iglesia Católica «cambiar algunas de las perspectivas en las que se venía insistiendo en el pasado».
Mons. Virgílio, que es también el Obispo de Coimbra, está en Fátima participando de la 190ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Portuguesa y participa de la «Semana de los Seminarios» que tiene como tema «Movidos por la Misericordia de Dios».
Fundamento de cualquier vocación
En sus palabras, el prelado destacó que «el fundamento de cualquier vocación es la propia humanidad» de cada persona, creada «para ser un don para los otros» y agregó que «la perspectiva de fe y el sentir la misericordia de Dios, el sentirnos llamados, como que potencializa aquello que ya forma parte de nosotros, naturalmente», agregó.
Educación cristiana y familia de Fe
En el Mensaje de Mons. Virgílio Antunes para la Semana de los Seminarios, él subraya que «una educación cristiana que no favorece experiencias fuertes de encuentro con Dios en los momentos de espiritualidad, de oración, de reconciliación, de perdón, de compartir las miserias humanas, no puede tener consecuencias vocacionales».
Al mismo tiempo, -dice además el Presidente de la Comisión Episcopal de las Vocaciones y Ministerios- «una familia que no vive relaciones de comunión a partir de la fe y donde cada uno no está dispuesto a acoger, comprender y perdonar en el seguimiento de Jesús, no fomenta los gérmenes de la vocación».
Por dónde comenzar cualquier vocación cristiana o sacerdotal
Para el Obispo de Coimbra, la Iglesia Católica y sus estructuras deben «comenzar exactamente por ayudar a los jóvenes, los niños y hasta las personas en la primera fase de la vida actual, a tomar consciencia de que su vida humana es ya un don para los otros y que no tiene sentido, no se realiza si no es en el servicio a los otros, en las más variadas situaciones y circunstancias».
«Porque ese es el punto de partida para la construcción de cualquier vocación cristiana o sacerdotal».
Concluyendo, Mons. Virgílio, para resaltar la importancia y la necesidad de tener siempre presente la cuestión de la vocación, fue claro y dio un mensaje:
«La pastoral vocacional tiene que entrar en la agenda de todos los ramos, de todas las áreas de la pastoral, y en primer lugar en la agenda del propio párroco y de la comunidad parroquial». (JSG)
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